El diario colombiano, EL TIEMPO, detalla que el sorpresivo traslado se da luego de que en los últimos días se ha registrado un movimiento inusual en el aeropuerto internacional Amílcar Cabral de Espargos, donde Saab fue capturado. Un Boieng C-17A Globemaster III del Reino Unido aterrizó el primero de julio. Y aeronaves de Estados Unidos también pidieron permiso para permanecer en islas cercanas a Cabo Verde.
Para Washington es claro que Saab es la ruta para llegar a las fortunas ocultas e ilícitas de las cabezas del régimen y al movimiento de oro y dólares a Turquía, Irán y Rusia. Pero además, afirma El Tiempo, un avión del régimen de Maduro aterrizó muy cerca, en Guinea-Bisáu, y está en esa posición desde el 26 de junio.
Saab fue detenido el 12 de junio en el Aeropuerto Internacional Amilcar Cabral de la isla de Sal (el más importante de Cabo Verde), en respuesta a una petición de Estados Unidos cursada a través de una “alerta roja” de Interpol por delitos de blanqueo de dinero.
El 30 de junio pasado, el país recibió la solicitud formal de extradición y ahora la Procuraduría tiene un plazo de 65 días, que cuenta a partir de este 12 de junio, para responder a la petición estadounidense. “La respuesta de la PGR consistirá en una opinión judicial legalmente justificada que se dirigirá al Gobierno de Cabo Verde, que tomará su decisión”, explicó una fuente próxima al proceso a la agencia EFE. Sin embargo, agregó, “la decisión final recaerá en sede judicial, en el Tribunal de Apelaciones de Barlavento, que opera en la isla de San Vicente, y la defensa también puede apelar ante el Supremo Tribunal de Justicia (STJ)”.
EEUU espera con tensión la decisión de Cabo Verde. Es que aún está en la memoria de los funcionario norteamericanos los recuerdos de un incidente en 2014, con el antiguo jefe de espías de Hugo Chávez, el general retirado Hugo Carvajal. En esa oportunidad, el entonces chavista fue arrestado en la isla caribeña de Aruba, donde había sido nombrado cónsul de Maduro, pero logró evadir una orden de arresto de Estados Unidos por narcotráfico después de una intensa presión diplomática de Caracas. Carvajal permanece en libertad después de haber sido encarcelado y luego liberado en España.
Saab, nacido en la ciudad colombiana de Barranquilla y de origen libanés, está relacionado con varias empresas, entre ellas Group Grand Limited (GGL), acusada de suministrar con sobreprecios al régimen de Maduro alimentos y víveres para los gubernamentales Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP). Un funcionario del Gobierno estadounidense indicó en julio de 2019 que con los CLAP, que se entregan a los más pobres, el empresario colombiano y tres hijastros de Maduro se lucraron, al parecer, con “cientos de millones de dólares”.
Washington también presentó cargos en julio pasado contra Saab y su mano derecha, Álvaro Enrique Pulido, a quienes acusa de blanquear hasta 350 millones de dólares supuestamente defraudados a través del sistema de control cambiario en Venezuela. Según EEUU, entre noviembre de 2011 y septiembre de 2015, Saab y Pulido se confabularon con otros para lavar sus ganancias ilícitas y transferirlas desde Venezuela a cuentas bancarias estadounidenses, motivo por el que Washington tiene jurisdicción en el caso.
Su detenciónsucedió después de que el pasado día 9 la Fiscalía colombiana impusiera medidas cautelares con fines de expropiación de ocho inmuebles que “harían parte del patrimonio ilícito” de Saab. Según la Fiscalía, esos bienes tienen un valor de 35.000 millones de pesos (unos 9,7 millones de dólares) y están en Barranquilla.
Además, Saab fue parte integral de un exitoso esfuerzo para fortalecer la relación de Venezuela con Turquía, con envíos de, al menos, 900 millones de dólares en oro al país en 2018. Funcionarios estadounidenses sostienen que parte del metal llegó a Teherán, en violación de las sanciones.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de la dictadura de Venezuela dijo en una declaración que Saab estaba en Cabo Verde en una escala, como parte de una misión para adquirir alimentos para el programa de subsidios del régimen, así como medicamentos para la pandemia de coronavirus, y su arresto es parte de la “persecución y agresión de Estados Unidos contra el pueblo venezolano”. La maniobra intenta hacer pasar al testaferro de Maduro como diplomático venezolano para así evitar la extradición.