Inicia un nuevo año, y con ello, la Asamblea Nacional de Venezuela comenzará con un nuevo período de sesiones bajo la conducción de un nuevo presidente, quien deberá enfrentar los retos de un año que probablemente estará marcado por la agitación social y las renovadas amenazas del régimen de Nicolás Maduro.
El régimen venezolano, se encargó a lo largo de 2016, de arrebatarle las facultades constitucionales al Parlamento, el cual ha dado señales que pretende terminar la tarea en el nuevo año, en medio del creciente descontento popular y los agudos problemas económicos que enfrenta el país.
“Hay sectores [del chavismo]dispuestos a intentar un golpe palaciego al estilo del ‘Fujimorazo’ peruano, cerrar el Parlamento y buscar reprimir a la oposición cada vez más activa”, advirtió el secretario general de la opositora alianza Mesa de la Unidad Democrática, Jesús Torrealba.
Reseña El Nuevo Herald, que la amenaza pondrá a prueba las cualidades de liderazgo del dirigente opositor Julio Borges, coordinador nacional del partido Primero Justicia, quien el 5 de enero deberá reemplazar al actual presidente de la Asamblea Nacional, el también opositor Henry Ramos Allup.
“La Asamblea está amenazada”, dijo el asesor político Orlando Viera-Blanco desde Miami. “Es una amenaza recurrente, y ya se encuentra de alguna manera desplazada por el entorno de poder de Maduro, que emprendió un proceso de anulación”.
Por su parte, Maduro probablemente continuará utilizando al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), para desestimar inconstitucionalmente las decisiones de la Asamblea Nacional, mientras enfrenta niveles de impopularidad que rondan el 85 por ciento y una economía que se encuentra en un estado muy avanzado de descomposición.
Pero la situación podría tornarse mucho más hostil en el 2017, en la medida en que la Asamblea insista en enjuiciar políticamente a Maduro, decisión que podría mermar aún más la poca legitimidad que posee el gobernante ante los ojos de la comunidad internacional, que ya se mantiene atenta del proceso de desmantelamiento a la que ha sido sometida la democracia venezolana.