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Ciudadanos y trabajadores sanitarios salieron a las calles de Venezuela este sábado para exigir al régimen de Nicolás Maduro por el ingreso de vacunas contra el coronavirus.
La manifestación, acompañada por el mandatario interino Juan Guaidó, fue convocada por la presidenta del Colegio de Enfermeras del Distrito Capital, Ana Rosario Contreras, y se desarrolló en la plaza Los Palos Grandes de Caracas.
“La vacuna para salvar vidas es la exigencia de hoy, pero esta demostración es la vacuna para salvar a Venezuela: unidos y movilizados exigiendo los derechos fundamentales de todo el pueblo”, manifestó el líder opositor.
Por su parte, Contreras instó a toda la población a apoyar a los trabajadores de la salud del país. “Es momento de que la sociedad civil, los partidos y todos los ciudadanos nos sumemos a la campaña ‘Vacunas para todos’ porque la salud es un derecho”, expresó.
A su vez, afirmó en Twitter que “la soberanía reside en el pueblo. Vamos a ejercerla exigirlo un plan nacional de vacunación urgente para detener la letalidad del COVID-19. Defender el derecho a la vida es responsabilidad de todos, cumpliendo con las medidas de prevención”.
Respecto a las vacunas, la Academia Nacional de Medicina de Venezuela reiteró esta semana su alerta de que los fármacos que están en desarrollo en Cuba “no son verdaderas vacunas” contra el COVID-19, “sino productos experimentales”, pese a que Nicolás Maduro anunció que uno de ellos se producirá en el país.
“Ya hemos alertado que los productos cubanos no son verdaderas vacunas, sino productos experimentales de los cuales no se conoce su composición, seguridad, ni eficacia”, reza un comunicado de la Academia.
El pasado domingo, Maduro anunció que Venezuela producirá al mes 2 millones de Abdalá, uno de los proyectos de vacuna cubanos contra el COVID-19, después de reiterar que suscribió un convenio con la isla caribeña para fabricar los fármacos.
“Hemos firmado un convenio para producir en nuestros laboratorios (…) 2 millones de vacunas por mes de la vacuna Abdalá, ya por allá para el mes de agosto, septiembre, aproximadamente”, sostuvo el gobernante.
Aseguró también que el país firmará convenios con China, Rusia y “otros países” para producir vacunas contra el COVID-19.
Al respecto, la Academia subrayó que “existe la urgente necesidad de tener un plan nacional de vacunación contra el COVID-19, que sirva de soporte fundamental para todas las iniciativas que sean necesarias a fin de asegurar la inmunización de un estimado de 15 millones de venezolanos”.
Hasta el momento, Venezuela ha adquirido 250.000 dosis de la vacuna rusa Sputnik-V y 500.000 china Sinopharm, según información brindada por el régimen que apenas ha facilitado datos al respecto, con lo que se desconocen cuántas de ellas han sido inoculadas ni a quien.
Las unidades recibidas hasta al momento, todas de doble dosis, únicamente alcanzan para vacunar al 1,3 % de la población, cercana a 30 millones de habitantes, aunque, según el ministro de Salud, Carlos Alvarado, la inmunización marcha de forma rápida, algo que no cuadra con las cifras reales.
Por otra parte, Maduro anunció el domingo que el Ejecutivo ha conseguido liberar fondos, que EEUU tenía “secuestrados” debido a las sanciones internacionales, suficientes para adquirir 11.374.400 vacunas del mecanismo Covax, aunque el régimen rechaza la fórmula AstraZeneca, que inicialmente el sistema tenía asignada a Venezuela.
Para la Academia, “esto representa un paso en la dirección apropiada”, pero creen que “no es suficiente”, por lo que, a su juicio, “el reclamo nacional” por las vacunas “debe continuar hasta que cada venezolano elegible sea vacunado”.
Asimismo, anunciaron que el anuncio se hizo “sin el conocimiento de la Mesa Técnica Nacional para el acceso a Covax”, integrada por el Ministerio para la Salud, opositores, representantes de la Academia Nacional de Medicina y sociedades científicas, con el acompañamiento de la Organización Panamericana de la Salud y de Unicef.
Al respecto, también piden subsanar las dudas que ha generado este anuncio, la primera de las cuales es la falta de información “sobre cuál será la vacuna que se adquirirá, ni cuando estaría llegando a Venezuela”.