Cuando lean esta columna ya el Torneo de Béisbol Juvenil de Panamá tendrá un campeón. Las provincias de Los Santos y Herrera disputaban el lunes 20 de febrero, en el estadio Rod Carew, el séptimo y decisivo encuentro de esta más que interesante serie.
Sin embargo, en esta oportunidad quisiera opinar sobre algo más allá de lo deportivo, y tiene que ver con la pasión que se vive por el béisbol amateur en este país. Para el sexto juego de la final, llegué al estadio Rod Carew cuatro horas antes del compromiso, pautado para las siete de la noche y atención, mi premura no tuvo nada que ver con el hecho de que el día anterior, para el quinto choque, no pude llegar al escenario por el interminable tranque en la vía Centenario.
Llegar temprano a un juego de béisbol te nutre en muchos aspectos, incluso más allá de lo básico. Apenas pasé por la entrada principal me conseguí con una variada venta de souvenirs de Los Santos y Herrera, algo que en Venezuela no existe, al menos que se trate de los equipos profesionales.
La gente llegaba, los compraba. Me dijo Javier Cruz, fanático de Herrera, “Si no llevas los colores, no viniste al estadio”, soltó con orgullo mientras se probaba una camiseta amarilla de su equipo de toda la vida. Te contagias de una vez, no hay remedio. Inmediatamente te integras a una fiesta de béisbol que no para durante los nueve episodios.
Apoyo masivo
Ese día entraron al estadio 6 mil 344 personas, lo que elevó a 27 mil 290 la cantidad de fanáticos en los seis juegos de la serie, según cifras oficiales de la Federación de Béisbol (Fedebeis). A mí particularmente me llama poderosamente la atención la asistencia, algo impensable en Venezuela en esa categoría.
Y eso no es todo. Estaban transmitiendo para todo el país las principales plantas televisoras, TvMax, RPC y Ser Tv, el canal del Estado. Cobertura total y tratamiento de primer nivel. Esto, señores, se aplaude de pie y se debería tomar como modelo.
El Torneo Juvenil sirvió como antesala a otro de gran arraigo, el Torneo Mayor que arranca el 4 de marzo y en el que, como hemos reseñado anteriormente, participarán una importante cantidad de jugadores venezolanos. ¡Qué viva el béisbol!