El grupo Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio (Veppex), con sede en Miami (EE.UU.), afirmó este jueves que el nombramiento de Tareck El Aissami como nuevo vicepresidente ejecutivo del país «consolida al país como un narcoestado».
La designación para el cargo de El Aissami, hasta ahora gobernador del céntrico estado Aragua, demuestra que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, tiene como «política de estado proteger al narcotráfico» en esta nación suramericana, destacó Veppex en un comunicado.
Además, el nombramiento refuerza la posición de poder de los «cabecillas» del narcotráfico al «garantizar sus operaciones dentro del territorio venezolano con el apoyo de las instituciones», agregó la organización de exiliados venezolanos.
Maduro anunció este miércoles el nombramiento de El Aissami, que tiene la encomienda de ocuparse de la seguridad del país y luchar contra los «terroristas de la extrema derecha».
«Le he dicho métete de noche y de día, los dos juntos, y trabajar por la seguridad del pueblo, la paz, la lucha por depurar las policías regionales y nacionales, la lucha contra los terroristas de la extrema derecha. Terroristas, ríndanse, vamos por ustedes», dijo Maduro en un mensaje por radio y televisión.
Veppex denunció que, durante su gestión, el presidente «ha dado poder a todos los individuos que han sido señalados por EE.UU. como líderes del carteles de la droga en Venezuela», lo que demuestra, reiteró, el respaldo del mandatario venezolano al narcotráfico.
Apuntó que Maduro tiene en su gabinete a cargos con «vínculos» con el «narcotráfico», como con el mayor general Néstor Reverol Torres, ministro de Interior, Justicia y Paz, «señalado de pertenecer al cartel de los Soles» y acusado de narcotráfico por las autoridades estadounidenses.
De igual forma, mencionan al general y exdirector de la Oficina Nacional Antidrogas de Venezuela Edylberto Molina, así como a Hugo Carvajal, exdirector de la inteligencia militar venezolana y actual diputado de la Asamblea Nacional, a quien EE.UU. reclama por delitos de narcotráfico relacionados con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
«Venezuela es un narcoestado dirigido por una mafia que protege sus negocios y atenta contra su propio pueblo», lo que convierte a su Gobierno en una «amenaza muy peligrosa para la seguridad y estabilidad de la región», consideraron.