Reyna Katiuska Hernández Rojas/Especial para El Venezolano Panamá

La inversión extranjera directa (IED) en Panamá se redujo del 9% al 4.5% del producto interno bruto entre los periodos 2007-2015 y 2016-2024. Una situación preocupante, ya que la IED es un motor clave para el desarrollo empresarial, la generación de empleo y la movilidad social hacia mejores oportunidades.

El economista Ernesto Bazán señala que una de las principales razones de esta caída ha sido el debilitamiento de la institucionalidad en el país.

“En los últimos años, Panamá ha desmejorado en el ranking de percepción de corrupción, con un expresidente condenado por lavado de activos y otro incluido en la lista de personas corruptas por los Estados Unidos. Estas y otras situaciones han deteriorado la confianza de los inversionistas y han impactado la IED”, indica Bazán.

Ernesto Bazán, economista.

Otro factor que agrava el problema es la incertidumbre generada por asuntos de gran envergadura que aún requieren solución, como el caso de la mina y la reforma de la ley de la Caja del Seguro Social (CSS), que finalmente fue aprobada y sancionada.

“Esta situación se agrava en el contexto actual con el conflicto geopolítico y la retórica alarmista del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha amenazado con retomar el asunto del Canal de Panamá”, advierte el economista.

Bazán también señala que las políticas fiscales no han priorizado la inversión pública y, por el contrario, han incrementado el gasto. “Se abandonaron megaobras y se perdió continuidad en proyectos de infraestructura que usualmente sirven de ‘ancla’ para la inversión extranjera directa”, enfatiza.

El gran reto del gobierno de José Raúl Mulino es revertir esta situación y recuperar la confianza del capital privado, tanto local como extranjero. Para ello, Bazán propone tres estrategias clave:

  1. Implementar una política de austeridad: Esto demostraría la disposición del gobierno para hacer sacrificios en beneficio del país y enviaría un mensaje positivo a los inversionistas.
  2. Mayor transparencia en los procesos gubernamentales: La experiencia internacional muestra que la transparencia genera confianza y fomenta la inversión.
  3. Medidas económicas para reducir el déficit fiscal y la deuda: Esto permitiría desarrollar grandes proyectos de infraestructura, fundamentales para atraer inversión extranjera.

Por su parte, el economista Carlos Araúz destaca que para captar la inversión que el país necesita es crucial fortalecer cuatro pilares fundamentales: instituciones sólidas, procesos ágiles, seguridad jurídica y capital humano capacitado.

Carlos Arauz, economista

Araúz advierte que la debilidad institucional genera incertidumbre y afecta la confianza de los inversionistas. A esto se suma la burocracia excesiva en los trámites y permisos, lo que dificulta la instalación de nuevas empresas. «Seguimos descansando en modelos de permisología estancados en el pasado», señala.

Otro elemento clave es la seguridad jurídica. «Si firmas un contrato, que tengas la garantía de que será respetado y honrado», subraya Araúz, destacando que el respeto a las normas y la estabilidad en las reglas del juego son esenciales para generar confianza.

Además, enfatiza la necesidad de mejorar el talento humano. La falta de técnicos, ingenieros y profesionales con pensamiento crítico e innovación limita la competitividad del país. Apostar por la educación y la capacitación de la fuerza laboral es crucial para atraer inversionistas.

En la misma línea, el economista Eric Molino Ferrer advierte que Panamá enfrenta desafíos tanto internos como externos en la atracción de inversiones. A nivel internacional, menciona la incertidumbre generada por la política de Estados Unidos respecto al Canal de Panamá, así como los riesgos de una recesión en EE.UU. y las tensiones geopolíticas con China y Rusia, que podrían afectar el comercio y el tránsito marítimo.

Eric Molino Ferrer, economista

En el ámbito interno, Molino Ferrer señala que Panamá ha perdido competitividad en índices clave como la libertad económica. Países como Costa Rica han logrado superarlo en “efectividad judicial e integridad gubernamental”, lo que ha llevado a que más inversiones se dirijan a destinos como República Dominicana y Guatemala, que han priorizado la reducción de trabas burocráticas y la transparencia.

Otro desafío crucial es el déficit fiscal, que se ha visto agravado por la suspensión de la actividad minera en 2023, dejando un hueco en las finanzas del Estado. “Tuvimos al cierre del año pasado 1.5 mil millones de dólares por debajo de la expectativa presupuestaria  y casi 450 millones de dólares por debajo de lo que se recaudó en el 2023. Eso evidentemente denota una reducción importante y una presión considerable en las finanzas del Estado, lo cual se ha visto traducido en mayor deuda”, destaca Molino Ferrer, advirtiendo que esto ha incrementado la presión sobre la deuda pública y la recaudación fiscal.

Para revertir esta situación, el economista Molino Ferrer enfatiza que el país debe enfocarse en mejorar su estabilidad institucional, agilizar los procesos administrativos y garantizar seguridad jurídica. “De las cosas que sí tiene control, son en las que nos deberíamos estar enfocando para poder atraer inversión”, concluye.

Si Panamá logra fortalecer estos pilares, podrá recuperar su atractivo como destino de inversión y potenciar su desarrollo económico en los próximos años.