Unos 192 migrantes han muerto este año durante su tránsito por Centroamérica y México, alertaron este jueves la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), que renovaron su llamado a los gobiernos a preservar la vida y proteger los derechos de las personas en condición de movilidad.
Los datos del Proyecto de Migrantes Desaparecidos de la OIM señalan que desde 2014 hasta la fecha han fallecido 1.558 personas migrantes o refugiadas durante sus desplazamientos por Centroamérica y México, paso obligado para miles de personas que viajan de manera irregular especialmente hacia Estados Unidos.
La OIM y la ACNUR citaron esas cifras al expresar su lamento por la muerte el miércoles en Estelí, Nicaragua, «de 15 venezolanos y un nicaragüense» en un accidente de tráfico que dejó además a 47 personas heridas.
El accidente ocurrió en una pendiente sinuosa conocida como «La Cucamonga», cuando un autobús se precipitó a un abismo. Según la información oficial nicaragüense, el conductor del autobús, Alfredo Palma, de 46 años, y su asistente, quien no fue identificado, salieron ilesos y se encuentran bajo arresto.
«ACNUR y OIM reiteran el llamado a los gobiernos de la región para que refuercen la coordinación internacional para preservar las vidas y proteger los derechos de las personas en condición de movilidad».
También para que «fortalezcan las respuestas a las necesidades de protección internacional, de lucha contra el tráfico ilícito de migrantes y la trata de personas».
Ambas organizaciones pidieron además que las autoridades «optimicen la disponibilidad y acceso a vías seguras y regulares para la migración», en particular para las mujeres, las niñas, los niños y otras personas con necesidades específicas de protección.
«La OIM y ACNUR están atentas a apoyar a los gobiernos para que se garantice la aplicación de las normas de protección internacional y para que la movilidad humana sea segura, regular y digna, fortaleciendo acciones dirigidas a la protección y la asistencia de refugiados, migrantes y comunidades de acogida en situaciones vulnerables, y abordando los factores adversos que dan origen al desplazamiento», agregó el comunicado oficial.
Según datos del Gobierno de Panamá, país que es la puerta de entrada a Centroamérica, unos 60.000 migrantes irregulares que viajan hacia Norteamérica, la gran mayoría venezolanos, han llegado este año al territorio panameño tras cruzar la peligrosa selva del Darién, fronteriza con Colombia.
En 2021, este flujo irregular superó los 133.000 migrantes, una cifra inédita que puede ser superada este año de mantenerse el actual ritmo.