El ministro de Seguridad Pública de Panamá, Juan Manuel Pino, advirtió este sábado que el número de africanos, asiáticos y sudamericanos que cruzan el Darién, la peligrosa frontera con Colombia, ya supera a los haitianos y cubanos, las principales nacionalidades de los migrantes irregulares.
«La incidencia migratoria ha bajado, pero eso no significa que estamos bien, porque los que pasaron el año pasado lo hicieron en masa, y puede que esas personas que están ingresando (ahora) a Panamá tengan otro perfil», dijo el ministro, tras realizar un recorrido por el Darién.
Pino, quien no detalló cifras, explicó que «ahora no son tantos haitianos y cubanos, estamos hablando de africanos, haitianos y del sur del continente (América)».
«Por ello, hay que tener mucho cuidado, por lo que las verificaciones biométricas son muy importantes para saber quién está entrando, si con la intención de quedarse o transitar», agregó el ministro.
Autoridades del ministerio de seguridad de Panamá, del Servicio Nacional de Migración, Servicio Nacional Aeronaval y el Servicio Nacional de Fronteras estuvieron este sábado en la provincia de Darién para analizar la situación migratoria actual y la seguridad fronteriza.
Panamá ha sido por años un país de tránsito de migrantes venidos de todo el mundo, que viajan a pie hacia Norteamérica, en busca de mejores condiciones de vida.
La principal ruta de entrada es el Darién, la espesa y peligrosa selva que sirve de frontera natural con Colombia, y en la que muchos mueren siendo víctimas del entorno salvaje o a manos de los grupos criminales que usan la zona desde hace años para el tráfico de drogas, de armas y de personas.
Según los datos oficiales, entre 2010 y 2019 cruzaron por el Darién 109.293 personas, un número que se ha quedado pequeño frente a inédita cifra de 130.000 en 2021.
La ola migratoria registrada en 2021 la compusieron en su mayoría familias haitianas, muchas de ellas procedentes de Chile y Brasil, donde se habían asentado tras el terremoto que asoló la isla en 2010, aunque también hay personas procedentes de Cuba.
La situación histórica del año pasado colapsó las estaciones de recepción migratoria (ERM) que levantó Panamá en 2015, a raíz de una ola migratoria de cubanos, en las fronteras norte (Colombia) y sur (Costa Rica), para recibir a los viajeros, tomar sus datos biométricos y darles atención sanitaria y alimentación.
Las autoridades prevén que este año haya una nueva oleada, para la que ya se están preparando.