Mientras que Panamá celebra en noviembre el “mes de la patria”, Venezuela se juega la patria este mes. Estamos siendo testigos de unos de los capítulos más oscuros de la historia de la nación. El 20 de octubre, cuando fue suspendida la recolección del 20% de voluntades para activar el Referendo Revocatorio, se rompieron los pocos visos de democracia que quedaban.
Es una situación inédita, el gobierno se ha puesto abiertamente al margen de la Constitución y las reglas del juego cambiaron. La oposición está obligada a orquestar diferentes estrategias en paralelo y elevarle el costo político al gobierno, ahora en franca minoría, para lograr la salida de la crisis.
En este momento Venezuela es sinónimo de escasez de alimentos, que ha llevado a las personas a comer basura; de falta de medicinas, que ha acabado con la vida de centenares; de una inflación de dimensiones astronómicas; de una violencia tremebunda que produce las mismas cifras de fallecidos anuales que un país en guerra y de una migración cada vez menos planificada que está sufriendo los embates de verse en otro país sin recursos y alejada de los suyos. Merecemos mucho más que esto.
Rechazamos la invitación a un diálogo que lave el rostro de la dictadura que se ha instalado en Venezuela. Ante la imposibilidad de contarnos en un referendo y demostrar por la vía del voto el innegable rechazo que sentimos los venezolanos a la ineficiencia del gobierno de Nicolás Maduro, exigimos responsabilidad a las fuerzas de la oposición en su rol de conducción de la sociedad en estos momentos críticos.
Las imágenes de la multitud desbordada durante manifestación del pasado 26 de octubre impresionan. Pero, a diferencia de la marcha del 1 de septiembre, la gente no se fue a su casa con las manos vacías. La agenda es clara: declaración de responsabilidad política al presidente Nicolás Maduro y la entrega, el 3 de noviembre, de su carta de renuncia en Miraflores. Ese día, en el que Panamá celebrará el aniversario de su separación de Colombia, hecho que desencadenó su nacimiento como República, Venezuela intentará regresar al cause constitucional del que fue apartada.
Allí estaremos, como siempre, vigilantes, comprometidos con la entrega de información veraz a la comunidad internacional sobre lo que pase en nuestro amado país.