Son las 5:37 minutos de la madrugada y ya, este lado de tu planeta preferido, continúa girando a 108.000 km/hora para encontrarse contigo y revitalizar los estirados despertares de todas sus especies, en un nuevo amanecer profuso, infalible, puntualísimo, generador de más vida, porque sin ti, ni él ni nosotros, podríamos existir. Por eso te nombro: magno creador.
En siete minutos y 18 segundos te voy a sentir en mis manos agradecidas por tu luz. Sí, sí, ya sé que la recibo en una precisa e inefable perfección, moldeada y acomodada en ocho minutos exactos, a 300 mil km por segundo, sin excesos ni defectos, para que en todo tu planeta se realice el misterioso y majestuoso evento de la evolución vital…
¡Y allí estás otra vez! Matemático, noble, poderoso. Justo a las 5.44’18’’ como el gran padre responsable, dándole de todo a todos sus hijos:
- Plancton para los acuáticos, pasto para los animales; granos, vegetales y frutas para los humanos, en cantidades enormes; surtidas de proteínas, vitaminas, minerales y encima gratuitas, cuando tú quieras, el restaurante homeostático, con su balance indescriptible, te espera.
- Bosques, montañas, ríos y mares para ejercitar los músculos y disfrutar los deleites de una recreación saludable, embellecida de flores, con saunas y spas incluidos.
- Si alguna bacteria, virus, parásito u hongo ataca tu sistema inmunológico, allí tienes la farmacia con una diversa gama de plantas y hierbas medicinales para tu sanación recuperadora.
- Si necesitas alegrarte un poco, busca la cebada para tu cerveza, maíz para tu whisky, uvas para tu vino, madera para la guarura, cuero para el tambor y que se arme la fiesta en el bar feliz con fogata amanecida.
- Claro, si requieres algo de fashion y moda innovadora, acude a los pajaritos para que te muestren lo último en peinados y preciosuras cromáticas, sin repeticiones, en la peluquería de estéticas inusitadas.
- Si tu amar saber te lleva a la búsqueda de algo inescrutable, fabuloso, sin respuestas, allí tienes, pues, el mayor invento del laboratorio del agua, como el método científico inimitable en la historia de la ciencia. Cada segundo dos millones de litros de agua dulce desembocan en los mares y allí mismo: luz solar, vapor, nubes desalinizadoras, vientos, relámpagos, lluvias, fusión, fricción, explosión de metamorfosis fecundas, que alguien, tímidamente, llamó vida…
- Y si procuras algo de adoración, pregúntale a tus dos células creadoras de tu ser, cómo hicieron para construir tu cuerpo con los 92 elementos hacedores del Cosmos, los 21 órganos, 208 huesos, 72 kilómetros de nervios, tus cinco sentidos, tus innumerables glándulas con sus copiosas hormonas, los 14 subsistemas y tu cerebro con sus tres cerebritos conjuntando las memorias de tu memoria hasta convertirte en esta unicidad corporal única e irrepetible…
Recibe pues, infatigable rayito, mi gratitud pequeñita convertida en fascinación ad perpetuam, y desde este pedacito de tierra llamada Venezuela, de tu preferido planeta azul, la promesa de mantenerte colgado a mi cuello para seguir disfrutando de tu laboratorio, hotel, restaurante, spa, farmacia, bar, peluquería y de este cuerpo mío, de cuya sensibilidad brotará, cada mañana, mi saludo comprometido para evitar, sin cansancio, que los locos dictadores, confundidos en tupidas medianías, diezmen, con sus brutales perversidades, tu magistral, magnifica y perfecta hechura: el hombre humano…