El viernes 24 de enero se inauguró en el Museo del Louvre la una escultura cinética del artista venezolano Elías Crespín que va a decorar de manera permanente una de las escalinatas del museo. Ese mismo día este arista inaugura una exposición personal en la galería de Denise René, quien impulso en el París de los años sesenta el arte cinético.
Las esculturas móviles de Elías Crespín se componen de mallas metálicas modeladas a mano o de elementos individuales suspendidos por hilos invisibles, que forman en su conjunto figuras geométricas. Mediante motores dirigidos por una programación informática, las esculturas dibujan lentamente en el espacio una danza, transformándose de forma casi imperceptible, pasando de una forma a la otra siguiendo una coreografía diseñada por el artista. A esta investigación que concierne el tiempo, la forma y el movimiento, Elias Crespin asocia a menudo el estudio del color a través de la experimentación con diferentes materiales y texturas, de la luz y de la sombra.
Elias Crespin estudió informática en Caracas. Nieto de artistas e hijo de matemáticos, empieza a trabajar su primera obra en 2002. Su trabajo fusiona sus dos universos de pertenencia, el arte y la informática: partiendo de sus investigaciones en programación, las aplica a las artes plásticas para crear esculturas en movimiento. Después de dos años de trabajo, termina su primera pieza, Malla Electrocinética I.
Sus obras han sido expuestas en varias instituciones internacionales como la XIII Bienal de Cuenca 2016, la Bienal de Busan Corea en 2014, en el Museum of Fine Arts Houston, el Grand Palais de París, el Espace Culturel Louis Vuitton de París y en la Fondation Boghossian y la Verrière Hermès de Bruselas. Sus esculturas están presentes en las colecciones permanentes de importantes instituciones como The Museum of Fine Arts de Houston, El Museo del Barrio de Nueva York, el Museo de Arte Latino Americano de Buenos Aires y el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires. Desde 2008 vive y trabaja en París.