El Ministerio de Relaciones Exteriores de Noruega confirmó que las delegaciones del gobierno en disputa de Nicolás Maduro en Venezuela y del presidente encargado Juan Guaidó, se reunieron cara a cara en Oslo, el miércoles, pero no se indica que hubo un acuerdo.
“Las partes han demostrado su voluntad de avanzar en la búsqueda de una solución acordada y constitucional para el país, que incluya asuntos políticos, económicos y electorales”, afirma en un comunicado la ministra Ine Eriksen Søreide.
Agrega que para preservar el proceso les solicitó a las partes que muestren cautela en sus comentarios y declaraciones.
El encuentro en Noruega, en un sitio no revelado en las afueras de Oslo, es parte de un esfuerzo diplomático para poner fin a la crisis en Venezuela. La reunión estuvo cerrada a la prensa y se desarrolló en el más estricto secreto.
Las partes informaron anteriormente los integrantes de cada delegación. Por parte del régimen de Maduro asistieron: Jorge Rodríguez, ministro de Comunicación e Información, el canciller Jorge Arreaza; y el gobernador del estado Miranda, Héctor Rodríguez. Por la oposición participaron el exrector del Consejo Nacional Electoral, Vicente Díaz, el experto en comunicaciones Fernando Martínez Mottola, el asesor Gerardo Blyde y el vicepresidente de la Asamblea Nacional, Stalin González.
Jorge Rodríguez, tuiteó la disposición del régimen a continuar los esfuerzos «para defender la Constitución».
Por su parte, la delegación del presidente encargado Juan Guaidó emitió un comunicado en el que informa que el encuentro acabó sin acuerdo y que habían ratificado que «la mediación será últil para Veneuela siempre que existan elementos que permitan avanzar en pro de una verdadera solución».
Indicaron que esta iniciativa no detiene «los esfuerzos en todos los ámbitos constitucionales» y agradecieron al gobierno de Noruega su voluntad para contribuir a una solución.
Indicaron que están dispuestos a seguir trabajando junto a ellos, el Grupo de Lima y el Grupo de Contacto Internacional para la «búsqueda de la solución tantas veces expuesta».
González retuiteó el comunicado e indicó que «todas las opciones para rescatar la democracia y la libertad de Venezuela, están sobre la mesa» y que persistirán en su intención «de poder elegir libre y soberanamente el futuro de nuestro país».
¿Qué viene ahora?
El próximo paso en los esfuerzos para buscar una solución a la crisis política, económica, social, humanitaria de Venezuela, es la reunión que tendrán el 3 de junio en Nueva York, el Grupo de Contacto Internacional y el Grupo de Lima, encuentro que responde a una invitación del Grupo de Lima en su última ministerial en la capital peruana Perú.
Se espera que a la reunión en Nueva York asistan los cancilleres de Canadá, Chile y Perú, por parte del Grupo de Lima, y la jefa de la diplomacia europea Federica Mogherini, así como los ministros de Relaciones Exteriores de Portugal y Uruguay, por parte del Grupo de Contacto.
La Unión Europea lanzó en febrero una iniciativa junto a países latinoamericanos y europeos para buscar un camino hacia elecciones libres y justas en Venezuela, y posteriormente decidió intensificar contactos con otros actores internacionales clave para lograr su objetivo.
El Grupo de Lima, integrado por una docena de países latinoamericanos más Canadá, tiene programada otra reunión el 6 de junio en Guatemala, también tendiente a abordar la crisis venezolana.
Muchas son las incógnitas respecto a la negociación, empezando porque al principio no estaba claro si las partes se habían reunido o solo se había tratado de un intercambio por separado entre las delegaciones y el negociador noruego, Dag Halvor Nylander.
La Voz de América conoció que Nylander estuvo viajando desde enero a Caracas, donde se habría reunido con todos los actores políticos involucrados en la crisis, y que podrían tener un papel decisivo para alcanzar una solución.
El diplomático noruego conoce la región, habla perfectamente español, es reconocido por su trabajo en la ONU y fue representante de su país en Argentina. Tuvo un papel clave como garante de los diálogos de paz en La Habana, Cuba, entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y el gobierno de Juan Manuel Santos, que terminaron con un acuerdo de paz en noviembre de 2016.