Rescatistas y voluntarios buscaron durante toda la noche entre los escombros de escuelas y viviendas, buscando sobrevivientes del sismo conforme la cifra de muertos confirmados ascendía el miércoles de mañana a por lo menos 217 personas.
Durante la madrugada las autoridades hablaron de 248 fallecidos, pero esa cifra fue disminuida horas más tarde, aunque lo más probable es que vuelva a subir.
Miles de personas pasaron la noche en las calles ante el temor a las réplicas y al colapso de sus dañadas viviendas. Las autoridades alertaron sobre posibles robos a personas y hogares, sobre todo en las zonas donde no hay servicio eléctrico.
Muchos aguardaban en las afueras de las edificaciones derrumbadas noticias sobre amigos o familiares.
El temblor de magnitud 7,1 del martes ocurrió en el 32do aniversario de un sismo que dejó miles de fallecidos en la capital, y poco después de un simulacro a nivel nacional para recordar este hecho.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés) señaló que el epicentro del sismo registrado a las 13:14 hora se ubicó a cinco kilómetros al noreste de la localidad de Raboso, en el estado de Puebla y tuvo una profundidad de 51 kilómetros.
Uno de los esfuerzos de rescate más desesperados ocurría en una escuela primaria y secundaria en el sur de Ciudad de México, el Colegio Enrique Rébsamen, donde un ala del edificio de tres pisos se derrumbó en un enorme montón de losas de concreto.
El presidente de México, Enrique Peña Nieto, quien visitó el lugar informó que hasta el momento se han encontrado 24 cuerpos, 22 niños y dos adultos, pero dijo que quedaban 30 niños y ocho adultos desaparecidos en ese momento.
En el lugar, los periodistas vieron a personal de rescate sacando al menos dos pequeños cuerpos cubiertos por sábanas de entre los escombros.
No estaba claro si las muertes estaban incluidas en el total de 248 fallecidos reportados por la agencia de Protección Civil.
En un mensaje de video difundido el martes por la noche, Peña Nieto hizo una llamada a la calma y dijo que las autoridades trabajaban para llevar ayuda, señalando que el 40% de Ciudad de México y el 60% del cercano estado de Morelos se habían quedado sin electricidad.
Sin embargo, señaló, “La prioridad en este momento es continuar el rescate de quienes aún se encuentran atrapados y dar atención médica a los heridos”.
En todo el centro del país, la gente acudió para ayudar a sus vecinos cuando docenas de edificios se vinieron abajo. El alcalde de Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, dijo que había derrumbes en 44 lugares solo en la capital, después de que el temblor remeciera los rascacielos e hiciera que la gente huyera en pánico a las calles y bloqueara el tráfico.
Mancera dijo que entre 50 y 60 personas habían sido rescatadas con vida por ciudadanos y rescatistas en la capital.
La agencia de Protección Civil indicó el miércoles por la mañana que la cifra de muertos confirmados había subido a 248 personas, más de la mitad en la capital.
El responsable de la agencia, Luis Felipe Puente, dijo en su cuenta de Twitter se habían confirmado 117 fallecimientos en Ciudad de México y 72 en el estado de Morelos, al sur de la capital. Otras 43 personas murieron en el estado de Puebla, donde tuvo su epicentro el temblor.
Doce personas murieron en el estado de México, que rodea la capital, tres en el estado de Guerrero y una en Oaxaca.
Sin embargo, el número de fallecidos fue rebajado a 217 en horas de la mañana del miércoles.
Buena parte de Ciudad de México se alza sobre el lecho de una antigua laguna, y el terreno puede amplificar los efectos de temblores centrados a cientos de kilómetros.
El terremoto parecía no relacionado con el temblor de 8,1 grados de magnitud registrado el 7 de septiembre en el sur del país, que también se sintió en la capital mexicana y dejó 90 fallecidos.