Nuestro enviado a Venezuela para hacer un reportaje sobre el pan (y de paso llevar tres maletas llenas de cuanta cosa se consiga en Miami para la familia) se encontró, en pleno aeropuerto de Maiquetía, a la última familia portuguesa que no quería irse de Venezuela.
Sin pensarlo dos veces, sacó su grabadora vieja (ni de vaina saca su Ipad en el aeropuerto) y le pidió a Joao Agostinho Dos Santos que declarara para el periódico EV Panamá.
Enviado: Buenas tardes. Veo que usted y su familia van saliendo del país. ¿Me puede dar su nombre?
Portu: Seu meu promete que nau va a publicar nada hasta que eu esté en Lisboa…
Enviado: Prometido… Esta entrevista va a ser rápida, porque no quiero que me lleven las maletas.
Portu: ¿Que nau quiere que se leven quéi? Jajajaaaa… ¿Vocé nau vei qui eu no llevo neu maletas? A mí me quitaron toudu…
Enviado: Pero, ¿cómo le pasó esto, mi portu? ¿Usted no se dio cuenta de que eso le venía?
Portu: Ay sí… ¡Meira quien lo dice! Eu no pensé que se iban a meter con el pan de mis hijos, literalmente. Pero ustedes los venezuelanos, ¿no se han dado cuenta todavía? Ya neu hay supermercaidus. Eus farmacias neu tienen medicinas… y ahora las panaderías. ¿Qué es lo que falta por intervenir? Serán las tiendas de sexo… porque coun esta peladeira no se poede producir ¡Lo único que se va a poner duru en este país va a ser precisamente el pan! Ya eu me imagino al tipejo del Sundee diciéndole al hombre de la casa: vocé tein que tirar desde las 6 de au mañana en vez de estar au pidiendo medicinas ou comida… A quedarse en su casiña tirandiño para que las empresas que queden, vayan au quiebra.
Enviado: Ay no vale, yo no creo.
Portu: ¿Ay no vale eu no creu? ¿Va a seguire con esa uovonada? Aquí o se ponen aus pilas, ou se van a quedar comiendu lou que pica ou pollo.
Eu me voy a Portugal con ou dolor de meu alma…
Enviado: Bueno, mi portu… Aquí van a mejorar las cosas. Ahora con lo de la carta democrática y nada más y nada menos que Capriles se va a lanzar por tercera vez a la presidencia. Usted sabe, a la tercera va la vencida…
Don Joao no pudo continuar con la conversación porque empezó a reír y luego estalló en llanto, mojando su pasaporte europeo. Ya cuando estuvo en la puerta del avión saludó con gran cariño a los efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana, con su dedo medio.
Así se despidió nuestro enviado del último portu en Venezuela…. Y luego, recogiendo su dos maletas (perdón! ¿No eran tres?), ¡le robaron una!
Ok, y luego nuestro enviado, recogiendo sus dos maletas, pensó: A falta de pan, buenas son tortas… Y si de tortas se trata, este gobierno pone diez tortas cada día de la semana. ¿Cuál será la siguiente? Sus pensamientos fueron interrumpidos por el alarido del señor de la línea de taxis que decía: ¡Taaaxiiii para Caraaaacasssss! Fue entonces cuando recogió su malet… ¿Su maleta? ¿No eran dos? ¡Se robaron la otra…!
Al momento de escribir esta página, las puertas de las panaderías tomadas (por no decir arrebatadas) por el régimen, están abarrotadas de gente que ya no soporta más el abuso ¿Qué otra cosa se le ocurre a Nicolás para hacerle la vida imposible a la gente? ¡Ah! Ya arrancaron con los colegios privados. Esto pica y se extiende…
No sólo de pan vive el hombre. Pero lo que sí es cierto, es que se le está poniendo dura la cosa al gobierno. Y no es precisamente el pan.
Cariños y hasta la próxima.