En este mar de confusiones, amenazas, represiones, traiciones, encarcelamientos y muertes, lo único claro es que la tiranía se derrumba.

 

En medio de la protesta que no cesa, un grupo de países ha iniciado la mediación para allanar una solución en Venezuela. Rusia, China, Chile, Cuba y Dominicana están a la cabeza de estas conversaciones.  La ONU entra al tinglado luego que la OEA ha sido separada del mismo porque el régimen, no soporta a su Secretario General, Luis Almagro.

 

En Venezuela la Fiscal General, Luisa Ortega Diaz, arrincona al gobierno revelando situaciones hasta ahora desconocidas, como que nunca estuvo de acuerdo con la designación de los magistrados express y se dispone a que, al menos 8 de ellos, sean removidos de sus cargos.

 

Los militares por su parte también juegan y la renuncia del Mayor General Alexis López Ramírez, podría producir un efecto dominó como el observado dentro de las filas PSUV.  Esta renuncia de López Ramírez al Consejo de Defensa de la Nación, CODENA, es un golpe directo al hígado del régimen más fuerte que las acciones de la Fiscal, porque la base de sustentación de Maduro no está en el Ministerio Público, sino en el sector militar.

 

Los diputados de la AN, por su parte,  han tenido que sesionar tardíamente en torno a la remoción de los express y nombramiento de nuevos magistrados. Se nota que no están convencidos de lo que pretenden hacer, si tomamos como termómetro los aplausos que recibiera en el hemiciclo, Henry Ramos Allup, al finalizar los 23 largos y frustrantes minutos que duró la oratoria del parlamentario en la que afirmara que: la mayoría de la AN ha hecho todo a su alcance, que los militares no deben intervenir y que la AN no promoverá por ningún motivo un gobierno de transición, solo elecciones.

Vuelve pues un sector de la oposición a tocar el tema comicial en el que los venezolanos ya no ven la salida. Y así se pasan los días y se acerca el 30 de julio. Fecha en la que los constituyentistas maduristas desplazarán a los diputados electos de sus curules, arrasando con el último poder que creíamos autónomo y en el que depositamos nuestras esperanzas, nuevamente frustradas.

 

La verdad es que el régimen no tiene cómo recuperarse. La oposición representada en el parlamento podría hacer más y no se entiende porqué juegan a la «ere paralizada». Los venezolanos seguimos en el asfalto sin orientación ni dirección, pero dispuestos a salir de esto como sea.  Si la cosa sigue así, saldrá un espontáneo en cualquier momento y entonces…