Venezuela está dispuesta a reestructurar la deuda de $1.000 millones de dólares que mantiene con Rusia, según lo aseguró desde Moscú el presidente Nicolás Maduro.

El mandatario venezolano se reunió el miércoles con su homólogo Vladimir Putin, a quien le agradeció por el apoyo político y diplomático en tiempos difíciles.

“Le doy las gracias por todo el apoyo, político y diplomático, en los tiempos difíciles por los que estamos atravesando”, dijo Maduro a Putin en el Kremlin.

“Estoy muy agradecido por el acuerdo sobre granos, ha ayudado a mantener estable el consumo

Por su parte, Putin exaltó los esfuerzos de Maduro por ‘lograr establecer algún tipo de comunicación» con la oposición en medio de la crisis política y económica que afecta al país.

La reestructuración de la deuda venezolana con Rusia y la cooperación técnico militar fueron algunos de los puntos abordados entre ambos mandatarios.

“No tenemos ningún problema en seguir llevando nuestros compromisos con Rusia, y cualquier refinanciamiento o reestructuración para pagar en mejores condiciones seguramente será objeto de acuerdo entre los dos países”, dijo Maduro en declaraciones que fueron transmitidas por la televisión estatal.

Venezuela ya reestructuró hace un par de años su deuda con Rusia, que entonces ascendía a $6 mil millones de dólares. Una nueva negociación se haría en medio de la prohibición de Estados Unidos a que se compren nuevas obligaciones del gobierno venezolano y de su petrolera PDVSA

Pero Maduro se mostró optimista. “Hay otro mundo más allá de la banca occidental, más allá de los Estados Unidos, más allá del dólar, hay otro mundo», dijo.

Para el líder opositor Henrique Capriles, el objetivo de Maduro en Rusia es meramente político.

“Maduro no está en Rusia buscando inversiones, Maduro fue a Rusia buscando cacao para que los rusos no le cobren a su gobierno, para tratar de ver si le dan algo de crédito. Nadie quiere darle crédito, porque nadie tiene confianza en este gobierno, el mundo no confía en este gobierno», aseguró Capriles.

La Asamblea Nacional, que es controlada por la oposición, ha dicho que cualquier acuerdo de reestructuración necesitará de su aval para ser válido, aunque Maduro buscará seguramente la aprobación de la Asamblea Constituyente.