Prensa OIM Colombia

“El frío era terrible. Yo crecí en Puerto de la Cruz, cerca de la playa, por eso el choque del clima fue muy duro”, así narra Yenifer, con una sonrisa, cómo fue su llegada a Bogotá. Un 16 de septiembre del 2017, después de un largo viaje de más de 18 horas, esta nacional venezolana nacida en Caracas llegó al Barrio Panorama en San Mateo Soacha (Cundinamarca), junto a su familia, en busca de nuevas y mejores oportunidades.

Un conocido nacional venezolano, amigo de Yenifer, fue quien los recibió en su casa, y los presentó con amigos colombianos. Ellos los acogieron de inmediato, sin conocerlos los recibieron como hermanos: “nos hicieron sentir bienvenidos, en familia”, afirma Yenifer, agradecida por haber recibido apoyo incondicional cuando más lo necesitaba.

Solidaridad colombiana

Yolanda Varela y Marco González fueron la pareja de colombianos que, sin dudarlo, se solidarizaron con Yenifer y su familia, y, aunque era la primera vez que tenían amigos provenientes de Venezuela, vieron en ellos personas honestas y trabajadoras que necesitaban una mano amiga.

Yenifer resalta las oportunidades que le ha dado el barrio Panorama y sus habitantes, ya que después de haberse capacitado en gestión empresarial, montó un emprendimiento de comidas rápidas y hoy tiene un restaurante muy popular entre la comunidad de acogida, destacado por la calidad de sus productos y la mezcla de comida colombiana y venezolana.

“Yo acá en el barrio me siento muy agradecida porque todas las personas me han dado el apoyo que necesitaba”.

Yenifer, comprometida con la comunidad que la recibió en Colombia, comenzó a trabajar de la mano de Pastora Ruiz, líder comunitaria del barrio Panorama, quien la invitó a participar en los talleres y capacitaciones que realizaba con los habitantes que llegaban a la Comuna seis de Soacha. “Ella ha sido de gran ayuda, hemos realizado un trabajo conjunto con la población migrante y las personas del barrio”. Afirma Pastora.

Hoy, Yenifer es una líder social reconocida por su apoyo a la comunidad, participa de manera activa en la construcción de espacios para generar bienestar y desarrollo comunitario. “El barrio Panorama es como mi familia, me siento en casa y me gusta ayudar a los demás, seguiré trabajando por mi comunidad más allá de las nacionalidades”.

Mujeres unidas por el amor al folclor y a la danza

El barrio Castilla, en la Comuna 5 de Medellín, Antioquia, es el escenario del Grupo de Danza Destellos Folclóricos, una agrupación conformada por mujeres mayores que aman y disfrutan ritmos colombianos, como la cumbia, el porro y el currulao.

Su directora, Piedad Torres, una mujer de 58 años que trabaja liderando el grupo desde el año 2014, ha sido artífice de este proyecto que integra a mujeres colombianas y nacionales venezolanas, a través del folclor y la danza.

“Me vine a traer a mi nieto y me quedé bailando”, así resume los dos años que lleva viviendo en Colombia María Josefina Soriano, una mujer que, en el 2019, dejó Venezuela, su país de origen, para venir a Colombia a compartir con su hija.

Los planes de quedarse en el país solo por tres meses cambiaron, cuando por casualidad conoció a Yolanda González, integrante del Grupo de Danza Destellos, quien la invitó a formar parte de esta iniciativa. Desde ese momento, la vida de María Josefina en Colombia se llenó de música y color.

“Yo le dije a María que fuera conmigo al grupo para que conociera gente nueva y estuviera más entretenida, no tan sola por ahí”, afirma su amiga Yolanda, quien fue la encargada de darle la bienvenida al grupo. María llegó a Destellos Folclóricos para aportar su sabor venezolano y alegría, fue muy bien recibida y ha hecho una importante contribución con sus ideas transformadoras.

“La danza me acerca más a la cultura colombiana, y me da posibilidades de integrarme, me ha permitido conocer personas y lugares nuevos, me ha abierto muchas puertas. Compartir con las mujeres del grupo Destellos y su entorno, ha sido una experiencia única y maravillosa”. Afirma María Josefina. Conocerse desde la empatía y la solidaridad les ha permitido a estas valiosas mujeres, afianzar la unión entre nacionales venezolanos y colombianos, compartiendo experiencias y conocimientos, sin importar las fronteras o de dónde vienen.