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El secretario ejecutivo de la Unidad Democrática, Jesús Chuo Torrealba, afirmó que Venezuela necesita que la coalición opositora sea un “instrumento útil para la lucha social y política”, a fin de enfrentar escenarios que están por venir, como el hecho de que el 10 de enero se cumplen los 4 años de gobierno de Nicolás Maduro, lo que, a su juicio, lo hace “desechable” para el mismo régimen.

Torrealba dijo que ese día el “desgobierno de Maduro” es susceptible de ser revocado desde sus propias filas. “A partir de ese momento se transforma en prescindible, desechable para el régimen. Es decir, pueden salir de Maduro y quedarse ellos, lo cual incorpora un nuevo elemento de inestabilidad en la ecuación”, apuntó en una entrevista con Capitolio TV.

Dijo que ante los desafíos que vienen, Venezuela necesita una “unidad de propósitos”, más allá  de una unidad de “siglas” o “una federación de egos”.

Planteó su posición frente a quienes consideran que su salida de la alianza sería necesaria. “Bueno y santo. Si esa fuera la solución, el quid del problema…Bueno, encantado de la vida”, señaló, al tiempo en que insistió que fue llamado para una coyuntura y que siempre ha sido luchador social sin militancia política.

“A la hora de celebrar las victorias, prácticamente a mí me empujaban por todos los frentes, porque todo el mundo quería salir en la foto; y a la hora de dar explicaciones al país, nadie aparece”, comentó.

Aseguró que la restructuración de la alianza pasa por revisar la situación de los partidos con la misma coalición, pues insiste en que hay “gente que habla de la Unidad como si no pertenecieran a la Unidad”.

Su propuesta para la reestructuración de la coalición opositora, en un escenario no electoral, debe incluir la constitución de una “dirección colectiva”, la relación fluida con otros sectores del país y la posibilidad de que la vocería y la conducción esté en manos de actores políticos.

“Y que no vuelva a ocurrir jamás que se toman decisiones políticas y los jefes políticos digan ‘me enteré por televisión’ ”.

Dijo que en la Unidad “nadie sobra” y que si alguien tiene algún señalamiento ético contra otro integrante de la alianza, es necesario resolverlo internamente.

“Y, en segundo lugar, hacerlo público, pero hacerlo con nombre y apellido”, pues de lo contrario “implica obviar que todos hacen falta”.

Recalcó que “por esas pequeñas diferencias nosotros perdimos entre 5 y 7 diputados” en las elecciones del 6 de diciembre de 2015. “Es decir, si nosotros hubiéramos estado perfectamente unidos el despojo del estado Amazonas no nos hubiera quitado las dos terceras partes” de la Asamblea Nacional.

2016: un éxito mal gastado

Torrealba citó al poeta uruguayo Mario Benetti al referirse al balance del 2016 como “algo peor que un fracaso”,  tanto para la oposición como para el gobierno.

“2016 fue un éxito mal gastado”, apuntó y aseguró que eso ocurrió “en todas las direcciones del área política”.

En cuanto a la coalición opositora insistió en una frase que utilizó hace algún tiempo, según la cual “se abren las agallas y se cierran las neuronas”.

Dijo que en “criollo” eso significa que la gente se puso “agallúa y bruta”, cuando algunos en las filas opositoras sacaron unas cuentas equivocadas, frente a lo que consideraban un gobierno “derrotado” y  “minoritario”.

“Ese cálculo de que esto estaba blandito, es un cálculo equivocado”, aseguró, lo que su parecer llevó a algunos a pensar que “era la hora de caernos a golpes, para ver quién iba a protagonizar la sucesión”.

En las filas del gobierno dijo que no supieron aprovechar tres oportunidades para la rectificación: los resultados del 6 de diciembre, el referéndum revocatorio y el diálogo, que ofrecían “garantías indispensables para una transición controlada”.

“El cambio de tesitura del discurso del Vaticano es demasiado importante”, dijo. Asegura que es un reflejo de cómo el mundo “endurece su posición hacia el gobierno venezolano”.

“A efectos de la supervivencia de ese proyecto político, están tomando las peores decisiones”, dijo al hacer un balance de lo que a su entender ocurrió con el gobierno de Maduro este año que ya culmina.

“El 2016 arranca con la victoria (de la oposición en las parlamentarias) y el país 80-20 a favor, y termina con un gobierno haciendo lo que le da la gana en materia de desastre económico y el caos político”, concluyó.​

Enero: una agenda complicada

Al cumplimiento de los 4 años de gobierno de Maduro el 10 de enero, Torrealba suma otros hechos que conformarían un cuadro “extremadamente duro y complicado”.

Asegura que el 2 de enero, fecha límite anunciada por Maduro para la vigencia del billete de 100 bolívares, se presenta como una situación delicada. Dijo que en el fondo el problema no es el nuevo cono monetario, sino “el hambre y  la inflación”.

El 5 de enero es la instalación del próximo período legislativo, fecha sobre la cual “ya se ciernen amenazas por parte del oficialismo”, advirtió.

Agrega la fecha del 20 de enero, cuando asume la presidencia de Estados Unidos Donald Trump, con un nuevo Secretario de Estado que será el  presidente de la Exxon Mobil, Rex Tillerson, “una empresa que tiene conocidos litigios con el gobierno venezolano”.

Insistió en que el 13 de enero no habrá sesión de diálogo entre el gobierno y la oposición, pero sí cree importante la presencia en el país de los mediadores, en especial la representación del Vaticano, que deben “verificar” y “hacer presión” para que se cumplan los acuerdos.