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Sheila Segnalini

Productivity consulant

info@organizingconceptstx.com

La línea entre el tiempo de trabajo y el personal es borrosa para muchas mujeres que trabajan desde sus casas. Puedes ser cuidadosa planificando tus días, trabajando diligentemente hacia tus objetivos y manteniendo tus archivos digitales codificados; sin embargo, cuando hay tanto que hacer, ¿cómo sabes cuándo termina tu día de trabajo?

En días atareados, puedes comenzar por configurar una primera alarma para que suene 30 minutos antes de tu hora “oficial” de salida para que te vayas alistando y una segunda alarma a la hora de cerrar e irte. Planear algo agradable para después del trabajo es un buen incentivo para terminar a tiempo. La lista de pendientes tiende a extenderse sin importar cuánto hagas en el día; para proteger tu tiempo personal, debes evitar estar a merced de ella. ¿Cómo? Teniendo claro que el tiempo para ti es tan valioso como el tiempo de trabajo. Protege tu tiempo personal con el mismo énfasis con que proteges tu horario de trabajo. Hace unas semanas, un participante a una de mis presentaciones resaltó que yo hablaba sobre prioridades personales y laborales como si tuviesen el mismo peso.

Algunos días serán más propicios para una o dos de ellas y otros hacia otra. Es posible que los fines de semana estés más inclinada a dedicarte a las relaciones personales y al cuidado personal, mientras que el trabajo será tu foco de atención de lunes a viernes. Para que esto funcione, tienes que empezar por establecer límites claros. Crea un horario de trabajo funcional y define tus prioridades principales para el día con un límite de tiempo para cada una.

Una vez que hayas completado tus prioridades, pasa al segundo nivel de tareas de tu lista, aquellas que son importantes, pero no prioritarias. Al final de tu día de trabajo, cierra tu computadora y aléjate de tu escritorio. Sí, todavía tendrás cosas que hacer y llamadas pendientes, pero sabes que esas son interminables, así que es mejor que te detengas y reanudes al día siguiente.

Crea una rutina sencilla para pasar de la mentalidad de trabajo a la de tiempo personal. Planifica lo que deseas hacer en tu tiempo personal; si no planeas con anticipación, probablemente termines viendo TV, escaneando sitios web o mirando tu Facebook. No estoy sugiriendo planificar cada detalle de tus días, estoy sugiriendo planear actividades que te despejen y desconecten del trabajo. Si inviertes tu tiempo libre inteligentemente, te sentirás lista y energizada para comenzar cada nuevo día de oficina.

Mi consejo a ese participante fue que considerara el tiempo personal y el tiempo de trabajo como igualmente necesarios para lograr sus metas. Al estar más relajado y tranquilo, será más productivo y tendrá un mejor desempeño en su trabajo, lo que lo motivará a seguir adelante en ambos frentes. Te recomiendo que hagas lo mismo y notarás una diferencia en tu productividad y tu actitud hacia tu trabajo.

¿Tienes dificultad estableciendo límites entre tu tiempo de trabajo y el personal?

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