El próximo domingo 5 de enero está lleno de expectativas, al menos en Venezuela. Para ese día está programada la tradicional elección de la Junta Directiva de la Asamblea Nacional.

El significado de este proceso dio un giro desde que la oposición ganó las elecciones en 2015, decidió no reconocer la presidencia de Nicolás Maduro luego de las elecciones de 2018 y más tarde reconoció a Juan Guaidó como presidente interino de la nación en enero de 2019.

En 2015, cuando fue electo el actual parlamento, la oposición consiguió la mayoría calificada, equivalente a los dos tercios de la cámara, es decir 112 diputados; mientras que el oficialismo obtuvo 55. Así fue como el parlamento se convirtió en el único de los cinco poderes públicos bajo en control de la oposición.

Esto le permitió a la mayoría opositora crear un acuerdo de “gobernabilidad parlamentaria” en el que cada uno de los partidos políticos que la conforman rotarían en la directiva, constituida de la siguiente manera: un presidente, un vicepresidente y un secretario.

Y así se hizo durante tres años: en 2016 la presidencia la ejerció Henry Ramos Allup, del partido Acción Democrática (AD); en 2017 fue el turno de Julio Borges, de Primero Justicia (PJ); y en 2018 la ocupó Omar Barboza, de Un Nuevo Tiempo (UNT).

Todo cambió en 2018, cuando en las elecciones presidenciales de ese año resultó electo Nicolás Maduro. Los resultados de esos comicios no fueron reconocidos ni por la oposición ni por parte de la comunidad internacional, tras considerar que no cumplieron los estándares nacionales e internacionales. Por ello, desde entonces consideraron que el periodo presidencial de Maduro había terminado el 10 de enero de 2019.

Cinco días antes de que “terminara” la presidencia de Maduro, el parlamento venezolano eligió a un joven político del siguiente partido que le correspondía la presidencia: Juan Guaidó, de Voluntad Popular (VP).

Maduro decidió juramentarse ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) del país, por lo que la oposición decidió juramentar a Guaidó como presidente interino el 23 de enero, y hasta el momento ha recibido el apoyo de al menos 56 países, incluyendo a Estados Unidos y países de la región.

Guaidó se juramentó bajo una premisa: lograr el cese de la “usurpación”, crear un gobierno de transición y convocar unas “elecciones libres”. Al no lograr su obejtivo ese año, es que se plantea la encrucijada para este nuevo periodo legislativo: ¿se elige un nuevo presidente de la AN o continúa al frente Juan Guaidó, quien todavía cuenta con apoyo nacional e internacional?.

El proceso

Alejandro Gallotti, especialista venezolano en derecho constitucional, derecho público y profesor, explicó a la Voz de América que la elección del presidente y los vicepresidentes se hacen “en plancha”, por postulación en el seno del Parlamento. En el caso del secretario, la elección es fuera de la AN, agrega el experto.

Gallotti detalló que para ganar la elección se necesita la mayoría quórum presente, sin “ningún tipo de calificación”. En la última votación que se realizó en una sesión ordinaria del parlamento para una aprobación, la oposición obtuvo 93 votos.

A pesar de la situación particular que se vive en la nación suramericana, el especialista expone que “en esencia, el presidente es el representante de la Asamblea Nacional (…) por su parte, el vicepresidente es, en esencia, una figura de colaboración con relación al presidente”.

Gallotti apuntó que esta elección no solo es necesaria para “el funcionamiento del parlamento”, sino que el parlamento es “el instrumento esencial” de cualquier democracia, que es “el vehículo por el que el ciudadano da una voz”.

“En las últimas décadas desde que tenemos una democracia ya constituida y tranquila, la elección de la junta directiva del antiguo Congreso, no hacía particular ruido. Pero desde que el chavismo tomó el poder, estas circunstancias han cambiado”, señala Gallotti a la VOA.

Cuando el oficialismo tenía el control de la AN, la presidencia del parlamento por lo general cambiaba con cada elección legislativa, por lo que duraban años y no presentaba sorpresa. El último fue Diosdado Cabello, número dos del partido de gobierno y actual presidente de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC). También estuvieron figuras como Cilia Flores, esposa del presidente en disputa.

Según medios locales, además de Guaidó, se espera que Primero Justicia obtenga la primera vicepresidencia, la segunda estaría entre Proyecto Venezuela y Acción Democrática, y la secretaría en manos de Un Nuevo Tiempo.

Esta información no pudo ser confirmada de forma independiente por la Voz de América.

Las trabas

Para este 2020, el parlamento aprobó en septiembre ratificar a Guaidó como presidente encargado de la Asamblea Nacional, de manera indefinida, hasta que el presidente en disputa Nicolás Maduro salga del poder.

A principios de diciembre del año pasado, Guaidó sostuvo un encuentro con las organizaciones que conforman el Frente Amplio Venezuela Libre, partidos políticos y diversas agrupaciones, y aseguró que las 27 organizaciones que participaron le ofrecieron su respaldo para la elección de este domingo.

Sin embargo, el posible segundo período del joven opositor no está excepto de trabas. Uno de ellos desde la propia oposición.

Uno de los grupos parlamentarios dentro de la oposición, la fracción 16 de Julio, aseguró en una declaración a principios de diciembre de 2019 que votarán por quien se comprometa a transitar “seriamente y sin distracciones” la ruta presentada al país.

“No vamos a permitir más cheques en blanco a nadie en el Parlamento Nacional. El problema sobre la nueva presidencia de la AN no es de nombres, ni hombres, sino de posturas”, indican en una nota de prensa.

Además, el TSJ y la ANC han violado la inmunidad parlamentaria a 24 diputados entre mayo y diciembre de 2019, según la ONG Transparencia Venezuela. La mayoría está en el exilio.

Esto ha dejado cuatro curules vacíos en el Parlamento y mutilado las comisiones permanentes de Contraloría, Finanzas y Desarrollo Integral, señala la ONG.

Para contrarrestar esta situación, la Asamblea Nacional aprobó modificar tres artículos del Reglamento de Interior y de Debates para que los diputados fuera del país puedan cumplir sus funciones a través de las “tecnologías de la información y la comunicación”. Sin embargo, esta medida también fue anulada por el TSJ.

A este panorama se le agrega el hecho de que el oficialismo decidió, después de tres años, unirse a las secciones ordinarias del parlamento. Algunos diputados opositores también han denunciado que emisarios se les han acercado ofreciendo importantes sumas de dinero para que no voten por Guaidó.

En medio de todas estas circunstancias, los diputados opositores han ratificado su apoyo a Guaidó. A menos de una semana de la elección, dirigentes políticos activaron la “operación dignidad”, en respaldo al mandatario interino.

Hasta el momento no se tienen detalles del acto del domingo.