Jhobli Pérez

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La cita al ginecólogo de las jóvenes es un evento que tiende a aplazarse. Por lo general es impulsada por alguna emergencia médica, problemas con la menstruación o primera relación sexual. En pleno siglo XXI, hay jóvenes mayores de edad que aún no han visitado por la primera vez al especialista

En la más reciente edición del programa Ser Saludable, a través del Instagram Live de @elvenezolanop, participó la dra. Julissa Garisto, ginecóloga obstetra y ginecóloga infantil juvenil, quien explicó las tres etapas fundamentales en las que se debe realizar la cita para de chequeo general o rutina con el ginecólogo:

En la etapa preescolar, entre los 2 a 5 años, en la que se hace una evaluación general de la niña para confirmar que todo lo que envuelve el aparato reproductor femenino esté desarrollándose de la manera adecuada. También se pueden detectar ciertas condiciones anatómicas a través de exámenes físico sencillos en el área genital, para así detectar la existencia de ciertos tipos de malformaciones congénitas de genitales o algunas infecciones de vulva o vagina.

Esta etapa también, es muy conveniente para los padres acudir al especialista, ya que ellos brindan una ayuda sobre las dudas en cuanto al aseo de las niñas, qué productos usar, cómo entrenarlas para el proceso de buenas técnicas de aseo, al igual que prevenir dos condiciones que son sumamente frecuentes a esta edad (2 a 5 años) como la vulvovaginitis, infecciones de vulva y vagina, y también fusión o sinequia de labios menores, que muchas veces pasan desapercibidos a esa edad. Aunque no son enfermedades graves, necesitan un tratamiento y un seguimiento.

Etapa prepuberal, es cuándo están arrancando todas esas manifestaciones de pubertad y esto debe presentar de los 8 años en adelante.

En el momento en que la niña inicia sus cambios de pubertad, es importante evaluar que esos eventos lleven la cronología correcta y orientarla sobre lo que está ocurriendo con su cuerpo y por qué se están dando esos cambios. En esa primera consulta se aprovecha de reforzar lo que los padres han podido avanzar en casa, logrando que la niña, al recibir esa información, se pueda sentir mucho más segura en su proceso de pubertad y su autoestima va a mejorar y lo va a enfrentar con mayor positivismo.

La tercera etapa sería, una vez hayan iniciado los periodos menstruales. Esto sería en la primera menstruación, que se le puede llamar “menarca o menarquia” y luego volver a una siguiente cita unos seis meses o máximo un año después de la primera llegada de la menstruación. De manera que se chequee cómo va ese calendario menstrual, la cantidad de sangrado, duración de la regla, frecuencia y cólicos menstruales (dolor de vientre).

Dependiendo de la edad de la niña, se pueden ir introduciendo otros temas importantes desde el punto de vista de higiene personal, importancia del calendario menstrual, manejo de los cólicos, incluso hablar sobre métodos anticonceptivos y medidas de prevención contra las infecciones de transmisión sexual.

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