El martes 15 de mayo el mundo del béisbol quedó en shock. Una de sus máximas estrellas, el segunda base dominicano Robinson Canó, era suspendido por 80 juegos (sin derecho a pago) por el uso de sustancias prohibidas, en su caso, Furosemide, un diurético, que según MLB, usó el pelotero para “esconder” el uso de otras sustancias.

La defensa de Canó fue la siguiente: “Recientemente supe que di positivo a una sustancia llamada Furosemide, que no es una sustancia para mejorar el rendimiento», dijo Canó en un comunicado emitido por la Asociación de Peloteros de las Grandes Ligas.

«Furosemide se usa para curar diversas afecciones médicas en los Estados Unidos y la República Dominicana. Esta sustancia me la dio un doctor con licencia en la República Dominicana para curar una dolencia médica. Mientras que, no me di cuenta en ese momento que me dieron un medicamento que estaba prohibido, obviamente ahora deseo haber sido más cuidadoso”, agregó el pelotero.

¿Qué más esconde?

Vamos por partes. ¿Cómo es eso que no se dio cuenta en ese momento de que era un medicamento prohibido? ¿En serio Robinson? Me vas a disculpar, pero a estas alturas eso no es válido y menos pensando en que encerraste tu carrera entre signos de interrogación.

En este nivel, con tantos controles y personal disponible para que te oriente, es imperdonable que pasen estas cosas. El proceso es tan sencillo como que me recomiendan un medicamento, consulto a mi organización y solo si esta lo aprueba, doy el siguiente paso.

O me van a decir ustedes que si Canó llamaba a los Marineros para que lo orientaran sobre el uso de Furosemide le iban a decir que sí, que lo usara, que no había problema.

La única defensa posible en este caso, es que el pelotero compruebe que su equipo lo autorizó para usar alguna sustancia. De resto, simplemente, estos comunicados con excusas no sirven absolutamente para nada.

Canó jugó con fuego y se quemó. Su carrera, con números interesantes para ser considerado al Salón de la Fama, ahora queda en tela de juicio. Todo este escenario ha dejado muchas interrogantes.

¿Desde cuándo usaba sustancias prohibidas? ¿Qué estaba tratando de ocultar usando un diurético?

“Los diuréticos en el mundo del deporte son utilizados para ‘enmascarar’, para eliminar ciertas sustancias del cuerpo que se han consumido, pero tampoco son mágicos. Dependiendo de la sustancia, se tarda más o menos tiempo en eliminarla”, explicó el doctor Francisco Bentz Brugal, en su cuenta de Twitter @drbentzbrugal. Brugal es médico fisiatra deportivo en el centro médico Rehabilitek.