La temporada se jugará en nombre del fallecido ex jugador, gerente y mánager Domingo Carrasquel. Foto: Cortesía.

El viernes 12 de octubre arranca una nueva temporada del béisbol profesional venezolano. Los vigentes campeones Caribes de Anzoátegui, reciben la visita, en el Alfonso “Chico” Carrasquel, de las Águilas del Zulia.

Precisamente orientales y zulianos se perfilan entre los contendores para este torneo que nuevamente, ante la dura situación económica, política y social que atraviesa Venezuela, ha traído muchas críticas de diferentes bandos.

¿Por qué los llamo contendores? La novena oriental sigue básicamente con el mismo núcleo y con un mánager, que desde mi punto de vista, cada vez es mejor estratega: Omar López.

Caballos

Si ya es muy bueno que figuras como Luis Jiménez, Niuman Romero y probablemente Willians Astudillo (nuevo grandeliga venezolano) estén desde el vamos, imagínense sumar a Alexi Amarista, quien por primera vez en casi 10 años se presentó a una pretemporada en el “Chico” Carrasquel.

El róster criollo de jugadores de posición de la tribu es tan bueno, que todos los nueves importados de la primera avanzada son lanzadores. No recuerdo haber visto algo parecido en la pelota venezolana.

Águilas del Zulia, por su parte, fue de los equipos más activos de la “temporada muerta” y sumó piezas muy interesantes en su róster, desde Alberto González, José Tábata, Víctor Gárate, Wilfredo Ledezma, pasando por José Azocar, Humberto Arteaga y terminando con la estrella de Texas, Rougned Odor.

Cardenales es otra novena interesante con la llegada de Francisco Arcia y José Castillo, más el núcleo de la campaña pasada. Magallanes, con un cuerpo de lanzadores de lujo integrado por Henderson Álvarez, Yohan Pino, Alex Torres y Wilfredo Boscán, es otro que dará la pelea.

En Caracas apuestan por juventud con varias piezas que se estrenan, Tiburones recibe de nuevo a Ehire Adrianza, Tigres ahora cuenta con Henry “Pollito” Rodríguez y Jesús Aguilar y Bravos con Ramón Flores.

En cuanto a las novedades del torneo, se pactó a solo seis las visitas de coaches y receptores al montículo.

Sobre la política antidopaje, el pelotero que incurra en el uso de sustancias prohibidas por primera vez será suspendido por 30 juegos, no 25 como era anteriormente.

En una segunda ocasión el castigo pasó de 30 compromisos a 60 y por tercera vez deberán permanecer fuera del terreno por tres temporadas.