Desde Arriba a la Izquierda: Janelle Davidson, Diego de Obaldía, Hugo Santaromita y Melissa Pinel. Fotos: Instagram.

Ante la campaña en redes que llama a hacer una cadena humana en contra de los inmigrantes en el Istmo, muchas han sido las voces de panameños que se han alzado a favor de la confraternización y el sentido común ante una actitud que incita a la xenofobia.

Desde El Venezolano de Panamá, aplaudimos y agradecemos toda manifestación pública que abogue por la integración y la paz. A continuación reproducimos los valiosos mensajes de personalidades y periodistas que se han pronunciado a través de sus redes sociales.

Janelle Davidson (@janelledavidson)
Directora del INAC

«Hoy quiero alzar mi voz y hablar a título personal sobre esta actividad. Defiendo mi país por sobre todas las cosas. Rechazo cualquier atropello en contra de nuestra patria y de un panameño…pero también rechazo vehementemente este tipo de cosas. Es una tristeza ver que se organicen acciones de este tipo, que buscan alejarnos de ser el país multicultural que siempre hemos sido. La abrumadora mayoría de los panameños tenemos ancestros que vinieron a Panamá de otros países, sin más nada que sueños de un mejor futuro. Todo lo que hemos logrado juntos es resultado directo de que Panamá siempre ha abierto las puertas al talento y al esfuerzo de los que quieren venir a aportar a nuestro bienestar, claro está, con respeto, valores y bajo los parámetros legales. Somos un país pequeño pero con grandes logros por delante y si, como siempre han hecho, los extranjeros quieren ayudar, pues bienvenidos tienen que ser. ¡Eso es cultura! #tolerancia».

 

Diego de Obaldía (@deobaldia)
Figura pública e influencer

“¡¡¡QUE SE VAYAN DE PANAMÁ!!!
Yo mismo me encargué de depurar la mierda de mis redes y mis círculos sociales sin andar amenazando:
Yo mismo me alejé de los extranjeros prepotentes,
de los chavistas,
de los que vienen a estafar y a dañar el mercado,
de los chamos douchebags que andan en esas Hummers llenas de stickers pedantes que intentan de disimular la minusculidad de su órgano genital,
de los colombianos que vienen a vender droga,
de los que vienen a trabajar ilegal.
Yo mismo me alejé de todas las personas de mierda que traen otros países a Panamá.
Y TAMBIÉN ME ALEJO DE LOS PANAMEÑOS QUE ESTÁN HACIENDO ESA CADENA PARA QUE SE VAYAN TODOS LOS VENEZOLANOS,
PORQUE LOS EXTRANJEROS QUE SÍ TENGO A MI LADO SON PERSONAS MARAVILLOSOS QUE APORTAN Y HACEN CRECER MÁS A PANAMÁ,
AÚN MÁS QUE ESOS XENOFÓBICOS IMITADORES BARATOS DE TRUMP QUE SE VAN A AMARRAR A LA CINTA COSTERA.
ESO NO NOS IDENTIFICA A LOS PANAMEÑOS.
Me da vergüenza saber que comparto el país con desvergonzados que van a salir a dar la cara públicamente por una causa TAN MISERABLE, con esos eslogans DE MIERDA como «NO MAS TEQUEÑOS» y «QUE NO VENGAN MÁS Y QUE SE VAYAN HASTA LOS QUE ESTÁN». Asco de la creatividad y el diseño gráfico pa’ abajo
SÍ. LA ENTRADA ILEGAL es un problema ENORME, los mercados dañados también lo son y ese problema LO TRAE UN GRUPO que no representa a la mayoría, igual que esos que van a ir a esa cadena de Xenofobia e inhumanidad.
Y HAY QUE HACER ALGO, pero TAMBIÉN HAY QUE HACER ALGO CON ESA ACTITUD XENOFÓBICA DE MIERDA. Pero el problema se resuelve con REGULACIÓN GUBERNAMENTAL, no con odio al prójimo y a gente que DE VERDAD SE ESTÁ COMIENDO UN CABLE. Literalmente busca noticias y probablemente te encuentres a un venezolano masticando un cable pelado.
Quiero acompañar esto con 10,000 palabras sucias más, pero las limité a «mierda» para que combine con la campaña que están haciendo. No quiero aceptar que esto está pasando. Ganó Trump y después de criticarlo TODOS QUIEREN INTENTAR SER COMO ÉL. Les sacó lo que nunca habían tenido las bolas de decir.
Atentamente:
Un panameño MUY avergonzado de UN GRUPO de sus compatriotas.
PD: Ya se dieron cuenta QUIÉNES SON LOS QUE QUIERO QUE SE VAYAN DE PANAMÁ.”

 

Hugo Santaromita (@HugoSantaromita)
Periodista venezolano residenciado en Panamá

“NO HAY TAL XENOFOBIA, SINO MUCHA AMISTAD EN PANAMÁ

Qué problema con la desinformación. Estoy recibiendo muchas preguntas sobre si es verdad lo de la posible xenofobia en Panamá, y la verdad es que he quedado perplejo. La mayoría de quienes lo hacen son víctimas de una tremenda desinformación. Nada más lejos en Panamá que tildarlo como un país xenófobo, cuando la realidad es que durante años le ha abierto las puertas a muchos extranjeros que han adoptado esta tierra como su nuevo hogar.

Gran parte de lo que ocurre es probablemente una campaña informativa tendiente a crear conflictos entre los migrantes venezolanos, en su mayoría opositores el régimen de Chávez y Maduro, y el pueblo y el gobierno panameño. Entiendo por otro lado que cualquier cosa que afecte los intereses de Panamá debe ser defendido por los panameños, como los valores culturales, las costumbres, los asuntos políticos locales, la moral de la nación y, sobre todo, la dignidad como ciudadanos.

Es muy normal, en todo caso, que los hermanos panameños como cualquier otro ciudadano de otro gentilicio defiendan sus intereses y su modo de vida como nación. Lo hacen todos los pueblos del mundo. Los venezolanos todos, en su mayoría, estamos sumamente agradecidos por permitirnos entrar en esta noble tierra que nos ha dado nuevas oportunidades y nos ha permitido superar el trauma que supone una crisis polìtica y social de envergadura como la que atraviesa nuestra patria de origen.

Si hay panameños que deseen defender su identidad, es normal que así sea. Si como venezolanos queremos ser parte de esta nueva identidad, sólo debemos dar un paso para integrarnos. Me rehuso a aceptar a cualquier foráneo que intente actuar en detrimento de este gran país.

No caigan en la trampa de campañas de desinformación. Yo, como cientos de miles de venezolanos, nos sentimos orgullosos de formar parte de esta amable nación en la cual estamos echando raíces muy profundas.

Por ende reivindico la amistad de cientos de panameños con los que hacemos vida diaria y compartimos nuestras alegrías y tristezas. Abrazos a todos.”

Melissa Pinel (@melissapinel)
Periodista

“No es xenofobia. No es xenofobia pero si, en parte si lo es.

Una foto que circula en redes sociales invita a una cadena humana en la Cinta Costera: Panamá para los panameños, no más arepas, no más tequeños. No más de las cosas que vienen con eso, con conocer otra cultura, con estar siempre abiertos a la posibilidad de disfrutar juntos de los beneficios de hacer vida en un país tan diverso como el nuestro.

En Estados Unidos un empresario, miembro de la elite norteamericana, acaba de ser electo como presidente con una plataforma que apelaba, entre otras cosas, a esos sentimientos: a la idea de que los inmigrantes son una carga y que llegan a apoderarse de las plazas de trabajo. Que había que unirse bajo el eslogan “Make America Great Again” para recuperar la patria para los que si habían tenido el privilegio de nacer en ella.

Acá, un político frustrado recurre a twitter para inflamar un poco más la “conversación”, en un grupo de Facebook el sentimiento nacionalista llevado al extremo es la norma y la convocatoria para el 20 de noviembre promete panameños enlazando sus brazos, una pared simbólica que es imposible no comparar con el muro entre México y Estados Unidos que el líder recién electo le prometió a sus votantes.

Es cierto que el mercado inmobiliario es un laberinto imposible de navegar, que un panameño de clase media trabaja para vivir y sueña con un hogar propio con frustración y que hay quienes llegan a compartir este sitio sin tener la disposición adecuada para aceptar, que en esta tierra de edificios altos, no todo es perfecto. Tal vez casi nada lo es.

Hay posiciones administrativas que van a extranjeros, en ocasiones, mejor preparados para el puesto y que el costo de la vida, injustamente, se puede comparar al de las grandes capitales del mundo. Que ganamos menos y todo nos cuesta igual. Pero también es cierto que hay negocios que operan bajo la certeza de que los lunes sus trabajadores no llegarán y que antes de los carnavales los negocios se quedan sin empleados y las casas de empeño llenan su inventario.  Que nuestro sistema educativo es vergonzoso y el ciclo de la pobreza no se rompe, pero no por culpa de que compartamos país con gente de acentos distintos al nuestro.   

Una vez, en una tienda en una gasolinera, un extranjero le grito a la dependiente que su incompetencia era la razón por la cual estaba detrás de una caja registradora y en ese momento admito que lo odie. Pensé en decirle, tal vez le dije, que si el trato no era de su agrado era bienvenido a regresarse por el mismo lugar por el que había venido. Aún recuerdo como me latía el corazón en los oídos, como de la rabia las manos me temblaban. Como la chica detrás del mostrador se secaba las lágrimas.

Pero, si juzgara a todo mi país por las malas experiencias que he tenido, por las ofensas y las veces que en la calle he que perdido la razón, empacaría mis maletas y sería yo la carga en otra tierra.  Tal  vez así llegaron mis ancestros al istmo, tal vez así llegaron todos los que no pertenecemos a los grupos originarios: huyendo de algo y en busca de un futuro mejor. Suerte la nuestra que en ese momento había un país dispuesto a recibirnos.”