Isabel Saint Malo, vicepresidenta y canciller de Panamá.

El presidente Juan Carlos Varela se ha desmarcado de su predecesor Ricardo Martinelli quien mantuvo una posición crítica ante el gobierno de Nicolás Maduro

Más de 60 días tienen los venezolanos sumidos en la protesta. La escasez de alimentos, la inseguridad, la falta de medicinas y la inflación los ha mantenido en las calles exigiendo elecciones presidenciales que permitan un cambio de Gobierno y la restitución del hilo democrático en el país. Las imágenes de las manifestaciones y la represión por parte de las fuerzas policiales que actúan bajo las órdenes de Nicolás Maduro, le han dado la vuelta al mundo. La comunidad internacional ha puesto sus ojos sobre Venezuela y diversos organismos y jefes de estado de la región se han pronunciado al respecto.

Panamá, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, Mire, emitió un primer comunicado el 30 de marzo tras conocerse la medida adoptada por el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, en la cual eliminaba las facultades de la Asamblea Nacional, lo que provocó el estallido de las protestas. El documento hizo énfasis en el respeto del orden constitucional, la separación de los poderes y los principios de la democracia. “La República de Panamá reitera además la importancia de que se retome y fortalezca el diálogo para llegar a entendimiento entre Gobierno y oposición”, se lee en la última línea.

El presidente Juan Carlos Varela, a diferencia de su predecesor Ricardo Martinelli, quien manifestó públicamente su rechazo al gobierno de Nicolás Maduro durante su mandato, ha preferido no fijar una posición tajante y abogar por la búsqueda del entendimiento entre ambas partes, así como “la realización de unas elecciones justas, democráticas y transparentes”, de acuerdo con un segundo comunicado de la Cancillería panameña, publicado en abril. Varela también respaldó el llamado del papa Francisco a encontrar una solución negociada y el 4 de mayo publicó en su cuenta de Twitter lo siguiente: “Violencia, represión y uso de la fuerza no son la salida a la crisis de Venezuela, el cronograma electoral es la paz”.

El Mire se ha pronunciado en cinco ocasiones desde que comenzaron las protestas en Venezuela. Otras personalidades del ámbito político panameño también han alzado su voz sobre lo que ocurre en el país. Algunos como Carlos Guevara Mann, consideran que Varela ha asumido una posición “blanda y poco efectiva”.

Participación en la OEA

Guevara es profesor de Ciencias Políticas y Director de la Maestría en Relaciones Internacionales en Florida State University. “Pedir una solución negociada entre Gobierno y oposición venezolana no es consecuente con los valores democráticos que profesamos los panameños, ni con los derechos del pueblo venezolano”, afirmó. Desde su punto de vista, tanto el gobierno de Varela como todos los del hemisferio deben insistir en la liberación de los presos políticos y la celebración de elecciones libres y democráticas en Venezuela. “Esa es la única salida legítima, justa y adecuada a la situación del país”, agregó el catedrático.

Para Eloy Alfaro, abogado y ex embajador de Panamá en Estados Unidos, la política exterior del gobierno de Varela ha sido “tímida”, con respecto a la crisis en Venezuela. “Debemos adoptar una posición firme, clara y no ambivalente. No nos hemos sumado oportunamente al esfuerzo que han hecho otros países como Colombia y Costa Rica. Si bien lo hicimos después, debió haber sido una reacción espontánea”, agregó. Sin embargo, luego de la intervención de la vicepresidenta y canciller panameña Isabel Saint Malo, en la reciente Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores de la OEA sobre la situación en Venezuela, Alfaro opinó que la posición de Panamá había cambiado.

En su discurso, Saint Malo dijo sentirse conmocionada por la crisis actual del país hermano. “Es preciso señalar que deploramos la convocatoria de una Asamblea Constituyente en términos que no resultan incluyentes… A pesar de los infructuosos resultados de los esfuerzos de diálogo a la fecha, mi país ve con claridad que una salida negociada a la crisis sigue siendo la única opción”, señaló la Canciller. También enumeró varios pasos que considera el gobierno venezolano debe dar a fin de que la solución sea viable: 1) la liberación de los presos políticos, 2) el respeto a la libertad de expresión, 3) la apertura a canales para la asistencia internacional humanitaria, 4) el respeto a las facultades de los órganos democráticamente electos y 5) desistir de la Asamblea Constituyente.

“Me parece que la Canciller identificó de manera expresa medias específicas que generen confianza para que se produzca una salida negociada. A este tipo de pronunciamiento me refería cuando comenté que la posición anterior era tímida y ambivalente. Pareciera que ya empieza a manifestarse de forma más clara y contundente, pero sin caer en injerencia en los asuntos internos de Venezuela”, destacó Alfaro.