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Se define como una mujer luchadora. Además de liderar su empresa, también ha sido la cara de las concentraciones de la comunidad venezolana en Panamá, en rechazo al gobierno de Nicolás Maduro

A diferencia de muchos otros paisanos Iviett Serrano emigró de Venezuela diecisiete años atrás. Sabía que el recién electo presidente Hugo Chávez Frías no llevaría al país por buen camino. Le bastó con recordar las crueles historias de las dictaduras suramericanas, en las que un militar ejercía un modelo autoritario y pisoteaba los derechos de los ciudadanos sin contemplación alguna. Ya sabía el resultado de esa fórmula. “Era una mala combinación”, dijo sin vacilar.

Empacó sus maletas y se fue a vivir a España, luego a Curazao y después a Panamá, donde fijó su residencia hace diez años. Iviett es comunicadora social y trabaja como estratega y especialista en temas de responsabilidad social en su propia empresa llamada Proyectos con Propósito. Pero además, se ha convertido en la cara de las concentraciones de la comunidad venezolana en Panamá, como respuesta a la difícil situación que vive el país, sumido en continuas protestas desde hace más de un mes. Serrano cree en la lucha pacífica y rechaza la violencia venga de donde venga. “No podemos competir con un gobierno tirano, intolerante y represor. No podemos convertirnos en lo que criticamos”.

Como representante y voluntaria de la Organización No Gubernamental Sin Mordaza, Serrano organizó un par de encuentros durante el mes de abril pero confesó que la tarea fue ardua. “Desde que vivo en Panamá he sido muy activa pero nunca me había encargado de organizar nada. Fue una gran responsabilidad pero lo hice porque sentí que teníamos que manifestarnos de alguna forma y visibilizar lo que estaba ocurriendo en el país”. Fue así como contactó a la organización y asumió la coordinación de la actividad “No + Dictadura”, que se llevó a cabo en el Parque Urracá, el 15 de abril. Asistieron alrededor de 700 personas.

+ Solidaridad

“Bregamos mucho con la solicitud de permisos, autorizaciones, envío de cartas. Tuvimos una semana para hacerlo todo. También era importante difundir ciertas consideraciones como el hecho de que estábamos en una zona residencial, un sábado santo, y estar atentos a cualquier escenario. Trabajé con un equipo de más de veinte voluntarios. Es un compromiso muy elevado. Cuando solicitas un permiso lo haces en nombre de la comunidad venezolana pero si ocurría algún problema yo debía dar la cara”, agregó Serrano.

 

El sábado 29 de abril fue la siguiente concentración, esta vez en Costa del Este. Entre las tantas tareas que desempeñó Iviett ese día, una fue tomar el megáfono para organizar a los asistentes y formar un “NO +” en un terreno baldío. Sin embargo, esa fue la última actividad que coordinó. Decidió retirarse y por el momento no ha conseguido a nadie que la sustituya. A la comunidad venezolana, con la que ha estado tan involucrada en los últimos meses, insiste en enviarle un mensaje: “Tenemos que ser más solidarios entre nosotros, dejar la arrogancia a un lado, el abuso y el ‘juega vivo’ como dicen los panameños. Si no podemos ser respetuosos y no nos gusta el lugar donde estamos, es mejor irse a otro lado “, resaltó.

Para celebrar diez años viviendo en el país, Iviett asistirá al próximo desfile de las Mil Polleras y se vestirá con el traje típico del país. Esa es su manera de rendirle un homenaje a quienes le abrieron las puertas.

En pocas palabras:

Un lugar: mi casa en Macaracuay, Caracas

Un plato de comida: el pabellón criollo

Un libro: Momo de Michael Ende.

Una banda o grupo musical: Afro Cel Sound Music

Una película: Blade Runner

Una frase: “Nunca cambiarás las cosas luchando contra la realidad existente. Para cambiar algo, construye un nuevo modelo que haga obsoleto lo que existe anualmente. R. Buckminster Fuller.