El miércoles 4 de diciembre, en el Hotel Global, se reunieron un panel de expertos en el foro Migración Laboral: Un derecho humano. La actividad fue organizada por la  Alianza  para Centroamérica y la Fundación Libertad de Panamá.

El reconocido abogado panameño Rubén Castillo Gil, con el tema derecho laboral panameño, protección  o inclusión, fue el encargado de abrir el evento. “Tenemos que cambiar de cómo estamos haciendo las cosas en el tema educativo y la atracción de talento extranjero”, dijo Gil.

“La política pública, primero, debe educar apuntando a las profesiones del futuro. Hay que sepultar nuestro actual modelo. El detalle es que la gente, por lo general, se resiste a los cambios”, sostuvo el jurista.

Castillo advirtió que Panamá, un país que por ley prohíbe que extranjeros ejerzan más de 60 carreras reservadas para panameños, no está aprovechando la llegada de un importante grupo de profesionales que deben dedicarse a otras áreas.

“Imagínense que un doctor nos pueda ayudar, por ejemplo, con medicina a distancia gracias a la tecnología y decirle que no porque esa práctica médica está reservada para panameños. Sería una cosa absurda y atentaría hasta con las necesidades de un ser humano”.

¿Por qué no actúan los gobiernos?

“Porque el peso político es muy grande y no tienen ningún beneficio individual”, dijo Carlos Ernesto González Ramírez, vicepresidente de la Fundación Libertad, una organización sin fines de lucro establecida en la República de Panamá desde el año 2001.

“No comprenden el beneficio económico que representa exportar talentos de otras naciones. Al final, en mi opinión, es falta de liderazgo”, agregó González Ramírez abordado por El Venezolano de Panamá.

El panelista opinó que Panamá le está dando la espalda al conocimiento universal. “Esas normas nos van a dejar estancados hacia lo que viene porque además, la competencia no va a estar en las fronteras, va a estar en el ciberespacio”.

González Ramírez advirtió sobre un punto extremadamente delicado. “Estas leyes (carreras restringidas) violan los derechos humanos al confundir políticas de inmigración con políticas laborales.

Los derechos humanos son inherentes a todos, sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen, color, religión, huelga o cualquier otra condición. Albert Einstein no hubiera podido ser profesor de la Universidad de Panamá, por ejemplo”, señaló.

Gonzalo Medina, representante de la Organización Internacional para las Migraciones, OIM disertó sobre: Los beneficios de la migración a las economías y a los países receptores.

Medina expuso cifras llamativas. “Hay  274 millones  migrantes en el mundo.  Esto  representa el 3.5 % de la población mundial.  El 48 % son mujeres, y el 52 % hombres. De ellos 164 millones   son trabajadores, 20.4 millones refugiados y  3.5 millones buscan asilo”.

El representante de OIM destacó el aporte de los extranjeros en Panamá. “Son parte clave del movimiento económico del país. En Panamá, la migración y el desarrollo han venido de la mano”, dijo Medina.