POR: INFOBAE

El ex jefe del MI6, el Servicio de Inteligencia Secreto del Reino Unido, señaló que el coronavirus Sars-CoV-2 que provocó la pandemia de COVID-19 se escapó de un laboratorio de Wuhan, China, el foco desde el cual se propagó la cepa al resto del mundo provocando 390 mil muertes y más de 6 millones de contagiados.

Richard Dearlove se basó en un documento reservado al que tuvo acceso y dijo creer que el accidente se produjo en el Instituto de Virología de aquella ciudad que ayer se declaró libre del virus.

Dearlove -quien dirigió a la agencia de inteligencia entre 1999 y 2004- agregó además que de acuerdo a la investigación la cepa mortal no surgió de manera natural, sino que en su secuencia genética puede verse la participación de científicos. El “Señor C” como se lo conocía durante sus años al frente del MI6 dijo que un artículo científico publicado esta semana por un equipo de investigación noruego-británico sugirió que los elementos clave en la secuencia genética del nuevo coronavirus fueron “insertados” y podrían no haber evolucionado naturalmente.

En el estudio, producido por el profesor Angus Dalgleish del Hospital St George’s de la Universidad de Londres y el virólogo noruego Birger Sorensen, los científicos afirman haber encontrado “secciones insertadas y colocadas en la superficie de la espiga del SARS-CoV-2” que podrían explicar cómo se une el virus con células humanas, de acuerdo al diario The Telegrpah. Durante una entrevista con ese diario inglés, Dearlove aseveró que había visto un nuevo informe científico “importante” que sugería que el virus no surgió naturalmente, sino que fue creado por científicos chinos.

Además, de acuerdo con la opinión del ex funcionario que recorrió 38 años los servicios de inteligencia, las nuevas pruebas servirían para hacerle pagar al régimen chino el daño causado en vidas perdidas y en las economías globales que se ven sacudidas por los confinamientos y cuarentenas que paralizaron industrias en todo el planeta. La visión de los científicos británico y noruego choca con otra gran parte de la comunidad investigadora que sugiere que el Sars-CoV-2 nació a partir de causas naturales saltando de murciélagos o pangolines a humanos. La versión de Beijing en tanto, sugiere que todo se originó en un mercado húmedo de Wuhan. Sin embargo, en ese lugar no se vendían ni murciélagos ni pangolines.

Los científicos implicados en la investigación sugirieron en su paper que mientras los laboratoristas chinos estaban realizando sus experimentos, el coronavirus pudo haber escapado de algún murciélago al que estaban manipulando. “Creo que esto comenzó como un accidente”, dijo. “He leído este documento muchas veces en borrador y creo que la importancia del informe es que es hecho por dos importantes científicos”, agregó Dearlove. “Creo que es una contribución muy importante sobre cómo el coronavirus se desarrolló y cómo se volvió una pandemia. Creo que particularmente es muy importante”.

“Necesitamos una investigación internacional”, remarcó en conversación con el podcast Planet Normal. “Nuestra economía se volvió muy integrada a China. Entonces no tenemos forma de aislarnos de China. Pero en la otra mano necesitamos tener mucho cuidado y crítica en no poner toda nuestra economía en las manos de China”, añadió el experto en política internacional. Un análisis adicional -que se publicará en los próximos días- afirma que el virus tiene “huellas digitales únicas” que indican “manipulación intencional” por parte de los humanos. “A medida que se desarrolla este debate sobre el virus, creo que todo este material se imprimirá y avergonzará a varias personas”, comentó Dearlove.

Según los informes, el documento de Dalgleish y Sorensen también advirtió que los esfuerzos actuales de la vacuna parecerían condenados porque la causa del virus no se ha entendido bien. Los investigadores están tratando de resolver este problema desarrollando su propia vacuna, según el documento al que accedió el ex jefe del MI6. Dearlove cuestionó además a las revistas científicas que rechazaron ese tipo de hipótesis sobre el origen del Sars-CoV-2 ya que aceptaron artículos de científicos chinos y elogió al primer ministro de Australia, Scott Morrison, por atreverse a exigir una investigación internacional sobre los orígenes de la pandemia de coronavirus.