La convocatoria a una jornada de protestas permanentes hecha por el presidente designado de Venezuela, Juan Guaidó, difícilmente podría resultar en un escenario similar al de Bolivia, ya que existen diferencias importantes entre ambos países, según analistas que observan con detenimiento la región.

“La diferencia de Bolivia es irrepetible de la misma manera que hay una distancia entre el tipo de régimen venezolano y el tipo de régimen boliviano”, dijo a la Voz de América el analista y columnista Carlos Alberto Montaner.

Indicó que tanto el gobierno del expresidente Evo Morales, de Bolivia, como el de Nicolás Maduro, en Venezuela, tenían vínculos con el narcotráfico “y las mafias a un nivel que no se conocía en la región hasta hace poco».

“Pero se diferencian en que el sistema de represión venezolana tiene una presencia cubana muy importante y que consiste en impedir que las cosas se salgan del control de la Seguridad del Estado (cubana)”, afirmó Montaner.

“En Bolivia no fue así, y quizás fue que llegó tarde a la operación el embajador de Cuba, “El Gallo” Rafael Zamora”, explicó Montaner.

Añadió que en el ejército venezolano hay cerca de 2,000 generales, de los cuales 1,500 están jubilados.

“Pero aunque estén jubilados Maduro se asegura de que estén muy bien”, explica, “En Bolivia, Morales no tuvo tiempo de formar su propia oficialidad en el Ejército, quizás llegaron a teniente o coronel. Si hubiera pasado más tiempo quizás las cosas habrían sido diferentes”.

Por su parte, Michael Camilleri, director del Programa para el Estado de Derecho, del instituto Diálogo Interamericano, afirmó que la principal diferencia está en que Maduro ha logrado sostener la lealtad de los servicios de seguridad, a diferencia del boliviano Morales, a quien la policía y los militares le informaron que no estaban dispuestos a disparar contra los bolivianos.

“Claramente creo que ese fue el factor inmediato que diferencia la situación de Bolivia con la situación de Venezuela”, afirmó Camilleri desde Washington, en entrevista telefónica con la VOA. “En ambos lugares las fuerzas armadas han jugado un papel que ha sido determinante sobre quién ostenta el poder”.

Guaidó hizo un llamado para realizar una jornada permanente de protestas, que arrancó el sábado, y continúa esta semana, con cada día determinado para el protagonismo de distintos sectores de la población, tales como salud, educación, obreros y otros.

Aunque las manifestaciones han sido grandes, algunos comentaristas de cadenas internacionales de noticias, han dicho que éstas no han alcanzado la magnitud de las multitudes que abarrotaron las calles de Caracas cuando Guaidó fue designado presidente.

El expresidente boliviano Evo Morales salió de su país en un avión del gobierno de México, el cual le ofreció asilo político luego que anunciara en cadena de televisión su decisión de renunciar al cargo “para garantizar la paz de Bolivia”, tras una semana de protestas por las denuncias de fraude en las elecciones del 20 de octubre. La segunda presidenta del Senado, Jeanine Añez, asumió la presidencia interina.

Luego se conoció que la Policía y el Ejército habían informado a Morales que no estaban dispuestos a disparar contra bolivianos, lo cual volvió insostenible la situación del mandatario de origen indígena obligándolo a renunciar mientras en las calles miles de manifestantes exigían su renuncia por lo que la Organización de Estados Americanos (OEA) consideró un proceso electoral plagado de “irregularidades”.

Camilleri indicó que “en Venezuela hemos visto algunas deserciones (militares) al más alto nivel, y cientos de deserciones al nivel más bajo, pero en general las fuerzas armadas, la policía, la Guardia Nacional, los colectivos, han demostrado su lealtad (al gobernante en disputa Nicolás) Maduro, y continúan manteniéndolo en el poder».

Una de las figuras más importantes del aparato militar venezolano en desertar fue el mayor general Hugo Carvajal, ex director de los servicios de contrainteligencia del Ejército venezolano, y considerado una enciclopedia andante de las actividades ilegales de las altas esferas del gobierno de Caracas.

Carvajal había huído a España, pero ahí un juez autorizó la solicitud estadounidense para extraditarlo y enjuiciarlo por narcotráfico. Cuando los policías españoles llegaron a su residencia en Madrid, Carvajal se había esfumado. Aún se desconoce su paradero.

Otro factor que incidió en el escenario boliviano fue el paro indefinido convocado por el sector privado boliviano. Pero en Venezuela, donde el sector productivo privado está sumamente limitado, Camilleri no tiene claro cuán efectivo sería, ni a quién afectaría más.

“Venezuela ha tenido paros, estuvo el paro de PDVSA, y tienen su historial de paros para tratar de presionar al gobierno de Chávez en aquel momento. Pero ahora creo que más bien fueron contraproducentes”, dijo Camilleri. “Con el sector productivo ahora tan limitado hay una interrogante sobre cuánto impacto tendría un paro y quién sería impactado, el régimen o los venezolanos que están tratando de sobrevivir en una economía en contracción a niveles récord?”.

Montaner afirma asimismo, que el sector privado venezolano “está liquidado” y sin mucha capacidad de presionar. Tanto Montaner como Camilleri están de acuerdo en aplaudir la convocatoria de Guaidó para demostrar que siguen siendo una oposición vibrante.