Jhobli Pérez

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La lectura correcta de los productos que consumimos, es un aporte indispensable para iniciar un estilo de vida saludable. Tomarse unos minutos en el supermercado y leer de qué están compuestos los alimentos que llevas a tu hogar, ayudará a tomar buenas decisiones y así evitar riesgos como alergias, obesidad, diabetes, hipertensión, entre otras enfermedades.

Datos claves para saber qué leer

Lo principal es instruirse, acudir a un especialista o leer libros especializados. En Ser Saludable hablamos con la nutricionista María Eugenia Lara, presente en redes sociales como @freelancenutrition, quien indica que “lo más importante que se debe considerar en la lectura son básicamente 4 puntos del etiquetado”:

  1. Azúcar:

El azúcar puede estar escondido con distintos nombres que no sabemos que existen como por ejemplo jarabe de maíz de alta fructosa, caña de azúcar, azúcar morena, entre otros. Por tal motivo es importante leer los 3 primeros ingredientes ya que es lo que más contiene el producto. A partir de esa base, irnos a dónde está la parte numérica de la etiqueta y leer donde dice azúcares añadidos o agregados, eso debe estar en cero (0) para que no tenga azúcar refinada la cual es la precursora de obesidad, diabetes, entre otras enfermedades. De tener azúcar refinada, es mejor que tenga entre 2 a 5 gramos para que se convierta en un producto aceptable en nivel de azúcares agregados.

  1. Sodio:

Un producto se considera que es bajo en sodio de 150 miligramos de sodio hacia abajo. “Esto para mí es considerable y aceptable de lo que es el contenido de sodio en algún producto que vayamos a escoger en el mercado”, indica la nutricionista.

  1. Calorías:

Al momento de seleccionar un snack es importante revisar que tenga 150 a 200 calorías hacia abajo, eso es –por ejemplo- un muy buen snack.

  1. Grasas trans:

Son las que se relacionan con colesterol o triglicéridos altos, problemas cardiovasculares en el futuro y es mejor que diga “0 grasas trans el producto que vayamos a consumir”, concluye María Eugenia Lara.

Si bien es cierto que cada producto varía de acuerdo con la preparación y componentes, también varía la necesidad del consumidor ya que los organismos y necesidades de cada persona suelen ser diferente. En ese sentido, la especialista recomienda que personas diabéticas, por ejemplo, se fijen en los ingredientes que no tengan azúcar ni los nombres del azúcar que están ocultos y que no tengan azúcares agregados o añadidos. Ahora bien, una persona que tenga problemas de hipertensión es importante fijarse en el sodio que tenga 150 miligramos hacia abajo.

Para un niño, en el caso de un snack para la lonchera, que no tenga azúcares agregados para no inculcarles comer esas sustancias tan adictivas que en un futuro les va a causar sufrir de enfermedades como obesidad, resistencia a la insulina, entre otros.

Para quienes se quieren cuidar o mantener su peso, y que no tenga alguna patología asociada, es recomendable fijarse en las fibras un producto que tenga entre 3 a 4 gramos de fibra por cada 100 gramos de porción, es bastante adecuado para ser consumido.