@NituPerez
Tres días estuvo reunido el PSUV  y terminó sin luz.  El congreso en cuestión buscó mostrar una fuerza que ya no tienen y una unidad absolutamente resquebrajada.  La decisión de carácter «extraordinario» fue ratificar nuevamente a Maduro como presidente del partido, mientras que algunos simpatizantes afirman que el PSUV ni tiene intención de innovar ni su dirigencia de escuchar. Al régimen se le ve débil y despreciado por propios y ajenos,  ya no puede ocultar la descomunal crisis que ha producido en el país. Freddy Bernal lo expresó de manera contundente al afirmar que: «la responsabilidad no es de la cuarta república, sino del actual sistema de gobierno…somos responsables nosotros porque tenemos 19 años en revolución…me da hasta vergüenza, hemos perdido incluso hasta la gobernabilidad».
El indocumentado sorpresivamente cambia la estrategia de culpar al imperio del desastre y asume su  responsabilidad en la crisis: «los modelos productivos que hasta ahora hemos ensayado han fracasado, y la responsabilidad es nuestra, es mía». Ofrece entonces que para dentro de 2 años «se verán los primeros síntomas de la prosperidad nueva» gracias a la supresión de 5 ceros al bolívar, el censo al parque automotor  y el levantamiento de impuestos a la importación de bienes de capital ¿? La verdad es que este país no aguanta ni dos días con este conductor que amplió el desastre dejado por su antecesor.
En el otro congreso de comunistas de carácter internacional, (Foro de Sau Paulo) realizado en Cuba recientemente,  también se respiraron aires de desmoronamiento y final, «sólo faltó la banda fúnebre  acompañada  de crespones negros y sollozos…tuvo todas las trazas de un entierro».  Así lo describió la bloguera cubana Yoani Sánchez, en la página «14ymedio», agregando además que «lejos de aquellos tiempos en que los mandatarios de izquierda de la región servían para llenar una amplia tribuna, ahora se convocaron en la isla unos pocos supervivientes políticos de entonces, más emparentados por su furibunda adicción  al poder, que por la bandera de la justicia social y el reparto equitativo de la riqueza»
Maduro intenta convencernos de un cambio en sus posturas ofreciendo un «plan de recuperación y prosperidad económica». Cuba hace lo mismo reformando la constitución para «reconocer al mercado, la propiedad privada y la inversión extranjera como parte de la economía del país».  Puro maquillaje para sobrevivir un poco más.
Todo lo anterior sucede en medio de  acusaciones y señalamientos varios  sobre el monumental desfalco a Venezuela que asciende a cifras mil millonarias.  En Bogotá, este jueves,  se llevará a cabo la audiencia oral y pública  del juicio contra Nicolás Maduro, por la presunta comisión de los delitos de Corrupción Propia  y Legitimación de Capitales en el marco del caso Odebrecht, caso éste donde 12 países aparecen señalados de haber recibido millonarios sobornos de dicha empresa.
Por las implicaciones, significación y trascendencia del Juicio, intereses oscuros han tratado de obstruir su celebración, a pesar de ello, el  Tribunal Supremo de Justicia legitimo hará justicia en la propia tierra de Nicolás Maduro.