En la imagen el registro de un grupo de ciudadanos venezolanos. EFE/Giorgio Viera/Archivo

Cifras oficiales citadas en un informe oficial 2019 de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) señalan que en Panamá se encontraban, para esa fecha, al menos 94 mil 600 migrantes venezolanos, en su mayoría (91%), adultos entre 18 y 45 años, considerados “económicamente activos”.

Ese mismo año, 2019, Migración Panamá registró que 17 mil 344 venezolanos obtuvieron su residencia bajo procesos de regularización extraordinaria y otros 4106 (874 fueron negadas) por diferentes vías como dependientes, contrato bajo el 10 %, entre otras categorías.

A raíz de la pandemia, muchos factores cambiaron y si bien es importante decir que Venezuela entre 2019, 2020 y enero 221, es el país con más migrantes regularizados (25 mil 322) ante Migración Panamá, también es clave escribir que la situación actual no es la mejor.

Duro golpe

Hasta diciembre 2020, los venezolanos debían cancelar un total de 512 dólares para obtener su carnet de residente de dos o seis años a través del proceso de regularización extraordinario. Desde enero 2021 el monto a cancelar se elevó a 1017 dólares por un fallo de la Corte Suprema de Justicia. El golpe fue letal.

Transcurrido el primer trimestre 2021, a nuestra redacción siguen llegando testimonios reales de venezolanos que se ven de manos atadas ante la situación actual. Guillermo Acevedo (37 años, Puerto La Cruz), es uno de ellos.

“Yo entiendo perfectamente que están en pleno derecho de exigir el monto que ellos decidan por concepto de trámites migratorios, lo que sí veo muy mal es justo en el tiempo que estamos. Yo hasta marzo 2020, cuando comenzó la pandemia en Panamá, tuve un trabajo, digamos que estable. Lo perdí, no he conseguido más nada fijo y ahora este aumento. Y así, varios amigos”, contó.

La realidad de Acevedo es la de muchos, lo que sin dudas incrementará la cantidad de venezolanos en situación irregular en los próximos meses.

Migración Panamá, a través de su directora Samira Gozaine, había ponderado la idea de una moratoria o acuerdo de pago para los extranjeros ante el panorama de la pandemia, pero nunca trascendió nada oficial, amén de la eliminación de multas, en algunos casos, por no asistir (obligado por la pandemia) el día de la cita de presentación de documentos.

Pudieron, pero…

Marcos Finol (39 años, de Maracaibo) fue a cita de migración en noviembre 2020. Entregó todos sus documentos y a la fecha, marzo 2021, no ha recibido todavía su carnet de residencia, necesario para poder renovar su licencia de conducir.

La Autoridad de Tránsito, ante la situación país por la pandemia, decidió extender la vigencia de las licencias de conducir que vencieron en diciembre 2020 y enero 2021 hasta el 28 de febrero del presente calendario. El plazo venció.

“Sin en el carnet impreso estoy de manos hatadas, incluso para renovar el permiso de trabajo y tampoco la licencia. Es una situación muy difícil. Pude pagar mi trámite, pero ahora se presentan estos detalles”, dijo Finol.

¿Y los refugios?

El panorama en la Oficina Nacional para la Atención de Refugiados (ONPAR) el panorama tampoco es esperanzador.

En nota publicada el 23 de agosto de 2020 por El Venezolano de Panamá, sustentada por cifras oficiales de ONPAR, se detalló que a 570 venezolanos se les había negado la solicitud de refugio entre enero y julio del año pasado.

Entre agosto 2020 y febrero 2021, 130 solicitudes más no fueron admitidas, según cifras oficiales de ONPAR         que se pueden consultar en la web del Ministerio de Gobierno.

José Alejo es uno de los cientos de venezolanos que apostaron por la opción de refugiado y no fueron admitidos. Alejo llegó a Panamá en 2016, introdujo la solicitud y en enero 2017 fue llamado a cita junto a su esposa y dos hijas.

La respuesta, negativa, llegó casi cuatro años después, en octubre 2020 en plena pandemia. “Fueron años muy duros sin papeles, sin un estatus definido y llegó esta respuesta que no esperábamos. Como siempre, nos aferramos a Dios y hemos decidido regresar a Venezuela”, contó Alejo.

Sin un trabajo estable, ausente desde su llegada, retornar a su país también luce cuesta arriba. “A pesar de todo, hemos tenido buenas experiencias con gentes que nos ha ayudado. Aquí en Panamá, simplemente no se dieron las cosas, así como a miles de venezolanos más”, sostuvo.