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Uno de los cambios más dramáticos entre la administración de Trump y la del demócrata, Joe Biden, respecto a su relación con México, podría producirse en torno al muro fornterizo, pues cabe recordar que fue una de las banderas de Donald Trump, primero de su campaña y luego de su gobierno, como una de las formas en que contendría la inmigración ilegal hacia su territorio; sin embargo, Biden tiene una postura radicalmente diferente.

El demócrata se ha comprometido a detener rápidamente la construcción del muro y relajar las restricciones de inmigración impuestas por Trump.

“No se construirá otro pie (30.48 centímetros) de muro en mi administración. Voy a asegurarme de que tengamos protección fronteriza, pero se basará en asegurarnos de que utilicemos la capacidad de alta tecnología para enfrentarla”, aseguró el demócrata para la Radio Pública Nacional de ese país, a principios del presente año.

De acuerdo con el medio digital estadounidense Politico, lo anterior también podría significar el retiro de las tropas de la Guardia Nacional que Trump envió a la frontera con México para apoyar al Departamento de Seguridad Nacional, despliegue que se extendió hasta este año.

Cabe resaltar que pese a que Donald Trump aseguró hasta agosto de este año que “México pagaría por la construcción del muro”, en realidad, conseguir la partida presupuestaria para la obra fue una dura batalla para los republicanos, pues el costo era muy elevado y los legisladores se opusieron a sufragarlo antes de resolver problemas más urgentes como el desempleo o el acceso a la salud.

Por ello, su avance durante los cuatro años de la administración Trump fue mínimo. Tan sólo de enero a octubre de 2020, se construyeron 300 millas del nuevo muro y se esperaba levantar 450 para finales del 2020; sin embargo, tanto los demócratas, como Biden se han opuesto a la construcción de la obra. El hoy virtual ganador de la presidencia estadounidense, ha asegurado que la detendrá en cuanto tome funciones.

En ese sentido, en el llamado “Plan de oferta para asegurar nuestros valores como nación de inmigrantes”, disponible en su sitio web, se lee lo siguiente:

“Su obsesión (de Trump) con construir un muro no hace nada para mejorar los retos en seguridad y le cuesta a los contribuyentes billones de dólares. La mayor parte del contrabando viene a través de nuestros puertos de entrada legales. Se estima que cerca de la mitad de los indocumentados se quedaron después de que expirara su visa, y no cruzaron ilegalmente la frontera”.

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Ante ello, la construcción del muro seguramente continuará lo que resta del 2020, pero lo más probable es que se detenga en el momento en que Biden ocupe la Casa Blanca, aunque aún no se sabe si decidirá “tirar” lo que fue construido bajo órdenes de Trump.

Y es que Biden ha prometido una reforma migratoria más humanitaria, pues quiere ampliar las oportunidades de inmigración legal, incluidas las visas familiares y laborales, así como el acceso a programas de visas humanitarias.

Asimismo, se ha comprometido a dar prioridad a la reunificación de las familias que aún estén separadas bajo la ahora desaparecida política de “tolerancia cero” de la administración Trump, que llevó a la separación y detención de más de 2,800 familias y niños migrantes en 2018.

No obstante, Biden también se ha enfrentado a críticas por la cantidad de deportaciones que tuvieron lugar bajo la administración de Barack Obama, que deportó a 3 millones de inmigrantes indocumentados durante ocho años.