En esta Venezuela irreconocible, los que aún la habitamos estamos  a la espera de algo que tal vez,  ya pasó.  Y digo que quizás ya pasó, porque nuestro esquema mental está basado en aprendizajes del pasado,  época en la que existía gobierno,  instituciones y lo que llamamos “tejido social”. Hoy nada de eso existe.

Estos tiempos de “revolución”  son muy diferentes a los de la democracia.  En la actualidad el gobierno no es uno, sino varios compartidos en mafias y/o carteles, con zonas de influencia. La Fuerza Armada ya no goza del reconocimiento y mucho menos del respeto del que siempre fue objeto.

Hoy se ha convertido en milicia infiltrada por cubanos, sin meritocracia para ascensos, desmembrada,  con soldados y baja oficialidad en estampida y cuando sus miembros andan por las calles uniformados, se les mira con resquemor por no decir con desprecio.

PDVSA, empresa que fue orgullo de los venezolanos  y catalogada entre las primeras del mundo, hoy está marcada como una gran lavadora de dineros ilícitos, con una producción en el piso, instalaciones incendiándose por todas partes, trabajadores descontentos y atemorizados y su junta directiva señalada, perseguida y/o encarcelada.

El PSUV se acabó, crearon otro partido con nombre plagiado en plural, sus “líderes” no hablan, su fundador Chávez está muerto aunque vociferen que vive y, a su presidente, nadie lo quiere,  ni venezolano es. Todos los signos vitales del régimen se apagan. Por eso repito que lo que esperamos que pase, como que ya pasó.

No hay gobierno, ni presidente, ni poderes … lo que hay es una ciudadanía protestando por todos lados porque no hay luz, ni agua, ni  cajas de CLAP.  Murió el bolívar fuerte, desapareció el efectivo, no funciona el trasporte, no hay repuestos, cauchos o baterías.  Tampoco encontramos cemento, cabillas, tornillos y paremos de contar.

En todas partes se escucha un insulto continuado al régimen. En las paradas, aeropuertos, terminales, abastos, y mercados la gente despotrica, habla sin medida  contra ellos. Lo que quieren es que se vayan ya…

¿Qué falta? Un varón ( del latín varo, que significa valiente, esforzado y hasta héroe)​ que le diga a quien encabeza el régimen hambreador,  ¡ESTA DESTITUIDO! que se lo notifique.  Eso es lo que falta.

Cada día que pasa se nos mueren los niños, se nos enferman los adultos, se nos van los jóvenes y el hambre y la inseguridad nos acecha a todos.  El régimen ya no presenta signos vitales, pero nadie lo desconecta. Pareciera que no hay quien quiera coger el coroto.

@NituPerez