Por: Joel Bracho Ghersi / Comunicaciones @Articruz

El maestro franco venezolano del cinetismo Carlos Cruz-Diez realizará una intervención en la Grand Avenue de Los Ángeles sobre los pasos peatonales que conectan el Broad Museum, el Walt Disney Concert Hall y la Colburn School.

El proyecto, coordinado por el Broad Museum, la Cruz-Diez Art Foundation y Articruz –el taller del maestro en Panamá–, se realizará en el contexto de la gran exposición “Pacific Standard Time: Los Ángeles/Latin America”, en la que museos, galerías y centros culturales de Los Angeles explorarán las relaciones de la ciudad con América Latina bajo el patrocinio de la Getty Foundation.

La intervención titulada “Couleur Additive” será realizada por un equipo del taller Articruz junto a estudiantes voluntarios de la Ramon C. Cortines School of Visual and Performing Arts, y será formalmente inaugurada el 5 de septiembre.

Carlos Cruz-Diez es una de las grandes figuras del arte contemporáneo, especialmente del arte óptico y cinético. Nacido en Caracas en 1923, vive y trabaja en París desde 1960. Su investigación ha aportado al arte una forma nueva de conocimiento sobre el fenómeno color, ampliando considerablemente su universo perceptivo.

A lo largo de su carrera, Cruz-Diez se ha destacado por su interés en llevar el arte a las calles y al hábitat de la gente. El artista de 94 años ha realizado más de 100 proyectos de integración del arte en la arquitectura y el espacio urbano en 16 países.

Los pasos peatonales en la Grand Avenue de Los Ángeles son la tercera intervención de este tipo que el artista desarrolla en los Estados Unidos, tras haber realizado trabajos similares en Houston y Miami.

En el marco de “Pacific Standard Time: Los Ángeles/Latin America”, Cruz-Diez también está participando en la muestra “Kinesthesia: Latin American Kinetic Art, 1954-1969” abierta desde el 26 de agosto en el Palm Springs Art Museum.

El arte en la arquitectura y el espacio urbano

Carlos Cruz-Diez es una de las grandes figuras del arte contemporáneo, especialmente del arte óptico y cinético. Nacido en Caracas en 1923, vive y trabaja en París desde 1960. En el año 2009 y junto a su hijo Jorge, funda Articruz, un atelier en la Ciudad de Panamá donde se produce su obra y la de otros artistas, y se desarrollan proyectos de integración del arte en la arquitectura y en el espacio urbano.
Su proposición plástica, una de las más originales de ese movimiento, nos revela al artista como uno de los últimos pensadores del color del siglo XX. Su investigación, fundamentada en cuatro condiciones cromáticas: sustractiva, aditiva, inductiva y refleja, ha aportado al arte una forma nueva de conocimiento sobre el fenómeno color, ampliando considerablemente su universo perceptivo.
En sus obras demuestra que el color, al interactuar con el observador, se convierte en una realidad autónoma y evolutiva, desprovista de anécdotas, que evoluciona en el tiempo y el espacio reales sin ayuda de la forma y aun sin necesidad de soporte.

En mis obras, el color aparece y desaparece en el transcurso del diálogo que se genera con el espacio y el tiempo real. Simultáneamente, aparece de forma incuestionable el hecho de que la información adquirida, así como los conocimientos memorizados en el transcurso de nuestra experiencia vital, no son, probablemente, ciertos… al menos parcialmente.
Es posible, además, que gracias al color, abordado a través de una “visión elemental” desprovista de significaciones preestablecidas, podamos despertar otros mecanismos de aprehensión sensible más sutiles y complejos que los impuestos por el condicionamiento cultural y la información masiva de las sociedades contemporáneas.
Carlos Cruz-Diez

Sus obras figuran en las colecciones permanentes de museos tales como el Museum of Modern Art de Nueva York, la Tate Modern en Londres, el Centre Georges Pompidou de París, el Museum of Fine Arts de Houston, el Wallraf-Richartz Museum en Colonia y el Musée d’Art Moderne de la Ville de París, entre otros.

Hacia una poética del espacio urbano

Pienso que una obra de arte integrada a la ciudad o en el hábitat debe generar acontecimientos inéditos en mutación permanente. Es una manera de prolongar su «llamado y lectura» en el tiempo y diferenciarla del objeto utilitario del mobiliario urbano.

A través de mis búsquedas trato de encontrar soluciones no tradicionales a la percepción del mundo cromático y al discurso plástico. Soy un investigador, que desde muy temprana edad he creído que el arte es comunicación, que el artista no solamente debe realizar obras para colecciones y museos, sino que debe estar presente en la calle, en la fábrica y todo lo que signifique colectividad.

Las obras que realizo en el ambiente urbano y en el hábitat, están concebidas como un discurso plástico que se genera en el tiempo y en el espacio, creando «situaciones» y «acontecimientos cromáticos» que cambian la dialéctica entre espectador y obra. No se trata de un «discurso referencial», como en los góticos, en los renacentistas o en los muralistas mexicanos. Está planteado otro punto de partida, donde el tiempo y el espacio reales, substituyen al tiempo referido o transpuesto. Son soportes de un acontecimiento que evoluciona y cambia.

Son «realidades» y situaciones «autónomas». «Realidades» porque acontecimientos se desarrollan en el tiempo y en el espacio y «autónomas» porque no dependen de lo anecdótico que el espectador está acostumbrado a ver en el arte. Se establece otra relación de conocimiento. El espectador descubre su capacidad de crear o destruir el color por sus propios medios perceptivos. Descubre el «color haciéndose», surgiendo y desapareciendo ante sus ojos.

CRUZ-DIEZ, 1996