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Definitivamente la gente que quiere seguir gobernando tiene el propósito de ponernos en ridículo ante el mundo. No hay otra explicación. La otra es una gorrrrdaaaa montada en un ring de boxeo, repartiendo guantazos a otro bobo de la yuca. Y lo peor es que hay gente que se ríe. O no: ¡lo peor es que van a obtener votos!

 

La verdad es que en Venezuela es más fácil ser candidato a cualquier puesto público que calificar para un puesto de motorizado o de secretaria en una empresa.

 

Generalmente, se pide identificación del aspirante. Un documento que verifique su nacionalidad. Y ya sabemos que ni para el cargo de presidente eso se cumple.

 

Se ven en el periódico:

Se solicita señora para limpiar oficinas.

Indispensable, traer su cedula de identidad y carta de antecedentes penales.

 

¿Cédula? ¿Antecedentes penales? No. Están pidiendo mucho.

Educación media. ¿Educación media? ¿Qué es eso? Ni siquiera hay “medio educados”. Todos hablan con lenguaje de patio de bolas criollas y hasta las mujeres (cualquier parecido con Iris Varela, no es pura coincidencia) echan mentadas de madre en plena asamblea, lo cual tampoco es para darse golpes de pecho, si sabemos que la condenada asamblea es ilegal.

 

A ver, si la asamblea constituyente es ilegal, ¿por qué le pedimos antecedentes penales a un motorizado? Eso es discriminación. Además, si el motorizado viene en burro a la oficina, no deberíamos criticarlo, sino ascenderlo a gobernador de cualquier estado, sin pasar por go.

 

Y con respecto a la candidata a gobernadora, también deberíamos votar por cualquiera que se caiga a carajazos en la calle. Al menos, va a defender su participación. Ya una vez le dieron su trompada en la nariz a María Corina y así se quedó.

 

En el canal de “todos los venezolanos” le mentan la madre a cualquiera y hasta le dicen a quien se les ocurra, HDP. Si esto fuera nada más que en el canal del estado, uno diría: “No me dolió la patada, sino el burro que me la dio”. Pero resulta que después que le dijeron HDP a la persona, esta demandó, y el juez de la causa dijo que no era nada del otro mundo decirle HDP a otra persona. Ni siquiera por televisión.

 

Los candidatos llegan en burro a los canales; los otros que ya están enchufados, le sacan la madre a los otros, los militares empujan a los diputados, la gente que no es ni diputado ni militar, come de la basura, mientras otros pagan un millón de bolívares por persona, en una cena “para recaudar fondos” (¿más?) en el Eurobuilding para la candidatura de Hector Rodríguez en Miranda. Hay dos asambleas que se comparten el espacio Hay dos Tribunales Supremos de Justicia: uno presidido por un señor con antecedentes y otro con miembros que tuvieron que dejar el pelero antes de que los metieran en el calabozo junto a los delincuentes, que justamente ellos deberían juzgar. El antiguo defensor, ahora es fiscal. Y la fiscal ahora no está con el gobierno al que ella misma defendió.

 

Pero todo está normalito. Este domingo, como en cualquier país democrático, vamos a votar. Unos dicen que si votamos, estamos reconociendo a la asamblea ilegal, y otros dicen que si no votamos, se quedan con el coroto que hace tiempo no quieren soltar.

 

Total, que estamos entrampados, pero hay que salir a votar. Mayor ejemplo de lo que podría pasar, si no lo hacemos, son esos “candidatos” que andan en burro y otros burros que son candidatos.

 

¿Que después de este domingo nos vengan con otra historia? Les confieso que no me extrañaría. Ya hemos perdido la capacidad de asombro.

 

Lo que sí no debemos hacer es tratar de explicarle a alguien nacido fuera de nuestro país, cómo hemos llegado a esto. Este no es el final de la historia, y todos lo sabemos. El lunes, después de pasar varias horas viendo la baranda del CNE, esperando a la microbia Tibisay para que dé sus resultados, veremos qué otra cosa debemos enfrentar.

 

¡Pero que no nos pidan de nuevo que nuestros hijos salgan a la calle! ¡Por favor!

 

Cariños y hasta la próxima.