El presidente electo de EE.UU., Joe Biden. EFE/EPA/JIM LO SCALZO/Archivo

Sala de  Redacción
EFE

El pasado sábado 7 de noviembre, el candidato demócrata Joe Biden se proclamó ganador de las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Los medios también lo proyectaron como ganador tras superar la barrera de los 270 votos electorales del Colegio Electoral, los cuales son necesario para llegar a la Casa Blanca.

Sin embargo, Trump no se despedirá tan fácil de la Casa Blanca y es que el republicano aseguró, mediante un comunicado de su campaña ese mismo día, que “la elección está lejos de haber finalizado” y criticó a Biden por reclamar la victoria.

En la imagen el presidente de EE.UU., Donald Trump. EFE/EPA/SHAWN THEW

En este sentido, el fiscal general de Estados Unidos, William Barr, instruyó a todos sus subordinados a que investiguen supuestas irregularidades en las pasadas elecciones presidenciales antes de que los resultados sean definitivos. «Dichas investigaciones y revisiones pueden realizarse si existen denuncias claras y aparentemente creíbles de irregularidades que, de ser ciertas, podrían potencialmente afectar el resultado de una elección federal en un estado concreto», añadió.

La campaña del mandatario han interpuesto más de una decena de demandas -algunas ya retiradas- en varios estados denunciando supuestas irregularidades. Para ganar las elecciones en los tribunales, Trump debería darle la vuelta al escrutinio en Pensilvania, Georgia y Nevada o Arizona, todos ellos estados en los que Biden ya ha sido declarado ganador o lidera el escrutinio.

Tras el anuncio del fiscal general, Trump twitteó: «Estamos haciendo grandes progresos. Los resultados empezarán a llegar la próxima semana. Volvamos a hacer grande a EE. UU.». Con este respaldo del Departamento de Justicia se encuentra bloqueado la transmisión de poder y el equipo de transición de Joe Biden se encuentra bloqueado

La agencia gubernamental encargada de iniciar el proceso de transición es la Administración de Servicios Generales (GSA, en inglés), una vez que determina que hay un ganador «aparentemente exitoso» en las elecciones. Algo que, por el momento, su directora, Emily Murphy, nombrada por Trump, no ha hecho.

Si bien Biden consideró oportuno dar unos días a la Administración Trump para que asimilase la derrota, poco a poco la campaña del presidente electo ve crecer su inquietud ante la postura beligerante del mandatario.

«Creemos que ya ha llegado el momento de que la directora de la GSA certifique con rapidez a Joe Biden y Kamala Harris como presidente y vicepresidenta electa», indicó un asesor de Biden en una llamada telefónica anoche.

Mientras tanto, Bien tachó de «vergonzoso» que Trump se niegue a reconocer la derrota y pronosticó que eso será una mancha en el legado de su predecesor, pero no dificultará el proceso de transición.

Biden opinó que la negativa de Trump a reconocer la derrota «no tendrá muchas consecuencias» en el proceso de transición, y que él podrá desarrollar sin problemas los preparativos para su llegada al poder, prevista para el 20 de enero de 2021. «Vamos a hacer exactamente lo mismo que estaríamos haciendo si él (Trump) hubiera reconocido» la derrota, afirmó el exvicepresidente.

Aseguró que podrá arreglárselas sin tener acceso a información clasificada de inteligencia, como es la tradición para todos los presidentes electos, algo que describió como «útil» pero no imprescindible, porque todavía no tiene el poder necesario «para tomar decisiones sobre esos asuntos».

Biden no confirmó las informaciones de prensa que indican que su equipo estudia medidas legales para sortear el bloqueo impuesto por Trump al equipo de transición. También afirmó que tiene los fondos necesarios para hacer frente al proceso sin la ayuda del GSA, un organismo que depende del Gobierno federal.